-Elena. -Grito Damon.
Me giré para verle, y cuando me icorpore, Katherine ya no estaba.
-Esto...
-¿Qué ocurre?
-Nada..., me tengo que ir, ya sabes, las últimas compras de navidad...
Cogí mi mochila y me dirijí a la parada del autobus.
Sabía que Damon sentía algo por mi, pero era por mi físico, me refiero, si no me pareciese a Elena no sabría ni que existo, y parecía que volvía a estar con Sidney...
Llegué al centro comercial y me fui directa a por las cosas de la lista, la etaba buscando en la mochila cuando alguien me asusto.
-Ho ho ho, quieres un descuento para el rincón del hogar. -Dijo un jóven Santa Claus.
Sonreí. -Claro.
-No sabes lo que pica esta barba...
-Me imagino. -Continue riendome.
-Salgo en quince minutos, te apetece ir al polo norte, bueno, al restaurante de la esquina. -Rió nervioso.
-Claro, me encantaría, a por cierto, soy Elena. - Dije marchandome.
Iba sonriendo como una tonta mientras compraba cualquier tontería.
Quince minutos después estaba sentada esperando a mi Santa Calus, aunque ahora sin disfraz.
Alguien se sentó en frente.
-Hola, Elena. -Dijo un chico bastante guapo, bueno, guapísimo.
Reí nerviosa.
-Hola...
-Javier. -Me interrumpió.
-Encantada. -Sonreí.
-¿Eres de por aquí?
-Llegué hace poco.
-Ya decía yo. -Rió.
-Bueno, me tengo que ir, llego tarde...
-Eh, espera, te acompaño.
Asentí sonriendo.
Llegamos muy rápido, o al menos me pareció, ya que no pare de reirme en todo el viaje.
Salímos del coche.
-Me ha encantado conocerte, Elena. -Dijo acariciandome la cara.
Le agarré la mano. -Y ami. -Sonreí.
Empezó a nevar suavemente, y me.beso.
-Elena.
Aprete los ojos fuerte y me separé de Javier.
Eran Damon y Sidney.
-Dime, Damon.
-¿Qué haces?
Me empecé a reir. -No ha quedado claro.
-Entra a casa, ahora.
-¿Perdona? Desde cuando me mandas. -Dije cruzando los brazos.
-Entra, ya.
-No.
-Bueno, sera mejor que me vaya. -Dijo Javier.
-Ven mañana a cenar, mi madre hace una cena pre-Navidad y me gustaría que estuvieses.
-Ahí estaré. -Dijo dandome un beso en la mejilla.
Se fue y yo entre corriendo a casa, seguida de Damon y Sidney.
-Te odio Damon. -Subí corriendo las escaleras.
No podía evitar estar alegre, le acababa de conocer y sentía millones de mariposas en mi estomago, no podía esperar a mañana, lo malo es que estaría Damon, y por mi parte, no quería saber nada de él.
¿Preparadas para un capítulo cada día hasta Navidad?

ESTÁS LEYENDO
I'm Tania
Roman pour Adolescents¿Qué hubiese pasado si la famosa cura la hubiese tomado Elena y no Katherine...?