Capítulo 8

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Al parecer preparar un helado sí es difícil. Pero no porque sea una receta complicada, eso es realmente sencillo. Sino porque tus ayudantes juegan más de lo que cocinan. Comenzamos a batir la crema, cada uno con un bowl diferente.

Mía lo hacía muy bien, pero Luke aún no se sentía cómodo tomando el bowl con su mano izquierda y batir con la derecha. Así que cuando le dije que lo dejara, solo se limitó a lanzarnos crema batida a Mía a mí.

-¡Luke ya basta! –Dijo entre risas Mía. Luke frunció el ceño y se disgustó.- quiero decir, ¡Tío Luke yo te amo!

Chilló la pequeña dejando el bowl a un lado y yendo a abrazar a su tío favorito.

-¿Es en serio, Luke? ¿Solo porque te llamó por tu nombre? –Pregunté sonriendo.

-Ella sabe que para ella, soy TÍO Luke. No voy a dejar que desde pequeña me llame así, luego se acostumbrará a llamarme Luke y nadie me dirá tío. ¿No quieres que tus sobrinos te llamen Riley, o si?

-Pues no tengo hermanos, así que nunca tendré sobrinos. Bueno, los hijo de Serena podrán llamarme así, pero no serán realmente mis sobrinos.

Luke se agachó al oído de Mía y le susurró algo. Luego la pequeña se me acercó y me sonrió. 

-¿Riley? –Viré mi atención a la pequeña.- ¿Quieres ser mi tía?

Miré a Luke y él se encogió de hombros observando a su sobrina.

-Am… creo que soy un poco joven para ser tu tía, ¿Qué no eras mi amiga? –Pregunté enarcando una ceja. La niña frunció el ceño y me agaché frente a ella, para quedar a su altura.- ¿Qué sucede?

-Puedes ser mi amiga y mi tía al mismo tiempo. –Se cruzó de brazos.

-Oh…

-Riley, no seas mala y sé la tía de Mía –Se nos acercó Luke.- ¿Verdad Mía? Dile que si no te pondrás a llorar

-¡Luke! –Chillé y miré a Mía que estaba al borde de las lágrimas.- bien, está bien, está bien. Seré tu tía, ¿De acuerdo? Lo seré.

La niña secó sus ojos, sonrió y luego fue hacia Luke y él la alzó a sus brazos.- ¿Lo ves tío? Te dije que iba a funcionar.

-¿Pero qué…?

-Es una niña muy perspicaz. –Sonrió Luke.- ahora, sigamos con ese helado que ya se me está antojando. ¿Falta mucho Riley?

Rodé los ojos y continué preparando el helado. Luego de comerlo, Mía se quedó dormida entre los brazos de Luke.

-Será mejor que vaya a acostarla en su cama.

-Está bien, yo terminaré de limpiar todo y luego iré a ducharme. –Dije dándome la vuelta para juntar todo lo que habíamos ensuciado. O mejor dicho, todo lo que Luke había ensuciado intentando batir solo un poco de crema.

Nota mental: No dejar que Luke cocine. Nunca. Jamás. Por ningún motivo.

Después de que terminé de limpiar todo, subí a la habitación que compartía con Luke y me di una ducha. Me puse unos jeans, unas converse azules y una camiseta blanca. Cuando salí del baño –ya vestida, por cierto- me encontré con un despechugado y ardiente Luke sin camiseta.

Me quedé embobada admirando su abdomen, que apenas me di cuenta cuando él me habló.

-Riley… -Dijo creo por décima vez. Lo miré a los ojos y me puse colorada, al notar que él se había dado cuenta que me lo había quedado mirando.- ¿Quieres recorrer el lugar?

-Claro. –Dije con un hilo en mi voz.

Me mostró los jardines, la piscina, el establo –tenían como unos doce caballos y no sé para qué, porque ni Luke ni su hermana sabían cabalgar, solo sus padres- y luego fuimos a un puerto.

Quiero Robarme Tus BesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora