Desperté a causa de los rayos del sol que entraban de entre las cortinas de mi ventada... Ni siquiera tenía las persianas abiertas.
Me desperté a causa de la baba que me caía sobre la mejilla izquierda, la cual, me estaba comenzando a picar.
Me levanté y me dirigí hacia el baño, antes, habiendo cogido la ropa del día de hoy, miércoles 10 de marzo de 1954, mentira, del 2014. Pegué un grito al encender la luz y mirarme al espejo.
Rápidamente me lavé la cara y me desnudé para así ponerme la ropa interior, seguidamente de la ropa. Que consistía en unos vaqueros negros, una camiseta con un jersey blanco encima y unas zapatillas blancas planas.
Me estaba peinando cuando escuché un ruido ensordecedor, acompañado de la canción Wrecking Ball de Miley Cyrus. Allí supe que era mi móvil. Corrí hacia el salón con el peine todavía en mi cabello, y contesté inmediatamente al ver el nombre de ¿Stella? En la pequeña pantalla.
-¿Diga?- hablé confundida.
-¿Brooke donde cojones estás?- preguntó en un tono medio alto.
-E-en casa, ¿porqué?- pregunté más confundida que antes.
-¡¿Sabes qué hora es?!- Ahora gritó al otro lado de la línea.
Miré el reloj del móvil y muchísimo más confundida respondí.
-Sí, las 8:00. ¿Qué pasa?-
-Son las 9:30 imbécil- contestó enfadada. La hora de entrada al trabajo era a las 8:30.
Volví a mirar el reloj del móvil que todavía marcaba las 8:00 y para asegurarme miré el reloj de mi muñeca que marcaba las 09:31. No puse el despertador ayer por la noche. Y me había dormido.
-Ahora mismo voy Stella, lo siento- le dije lamentándome.
-Más te vale- contestó cortando la llamada. Respiré hondo, controlando el enfado que comenzaba a florecer.
Volví a mi habitación con el bolso en mano y peiné mi cabello rápidamente sacándome unos cuantos pelos. Me enjuagué la boca con listerine azul, cogí las gafas de la mesilla de noche, y salí a toda marcha por el pasillo encaminándome hacia la puerta, después de haber cogido la chaqueta. Cerré con llave y me dirigí al ascensor.
Salí del edificio, tomé un autobús y en unos 15 minutos llegué a la biblioteca Harrison Tercero. Corrí a la entrada, entré y me encaminé a mi escritorio. No duré ni un segundo sentada, cuando escucho una voz chillona reclamándome.
-Me debes una jodida explicación- me dijo como si fuera mi madre. Me harté y le contesté clara.
-Me dormí y no puse la alarma, ¿algún problema con eso?-
-Sí, muchos. Que eres una irresponsable. Me has dejado con el montón de papeles y carros de libros sola, además de atender a toda esta gente- señaló la biblioteca medio vacía. Qué exagerada.
-¿Has terminado?- pregunté directamente sin hacer ningún comentario. Puede que contestarle así, envez de agachar la cabeza, traiga consecuencias, pero no voy a permitir que continúe pisoteándome.
Me miró mal y giró sobre si misma, dirigiéndose a su escritorio.
Continué con mi trabajo y en el tiempo libre de la tarde, fui a un café para saciar mi apetito, ya que, no había desayunado. Mientras estaba en la mesa con mi pedido ya acabado, miraba a todo el mundo pasar. A cada rincón que veía, había parejas muy acarameladas o amigos pasando el rato. Suspiré con resignación al darme cuenta que...moriré sola. ¿De verdad era tan repelente cómo me decían? Y... ¿Porqué no tenía a nadie?
Desde pequeña solo estuve sumergida en mis libros, ¿la razón? Sólo quería escapar de los insultos, antes de ser la "repelente" "loca por los libros" "4 ojos" "sonrisa de caballo" ya que llevaba brackets...Además que no quería escuchar las discusiones entre mis padres. Hasta un día pensé que se hiban a matar. No entiendo porqué me discriminaban tanto por el simple hecho de gustarme leer. Nunca tuve a alguien junto a mi, no tengo hermanos ni hermanas, mejor amigo/a. La única persona que estuvo conmigo en todo momento fue mi abuela, que en paz descanse.
Nunca tuve un amor infantil, adolescente, o universitario. No sé cómo es el mundo del amor ni la amistad.
Derrepente la imagen de Scott llegó a mi como una estrella fugaz. Sacudí ligeramente la cabeza para sacar esos pensamientos, lo cual, hizo que un chico me mirara como si estuviera loca.
Finalmente pedí la cuenta, pagué y me fui de nuevo a la biblioteca. Abrí la puerta y mi mirada se fue directamente a una pila de hojas que en ese instante estaba colocando una persona en mi escritorio. Esa persona se giró y dirigió la mirada hacia mi. Un par de perlas verdosas con matices mieles se quedaron en los míos.
Scott...
[]
Gracias por leer.
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¿Creer o no creer?
Romance"-Cree en mi, porfavor princesa-" Esas fueron las palabras que me hicieron caer más hondo en el agujero de la duda, más de lo que ya estaba. Si o si, alguna vez en tu vida, te ha costado creer en alguna persona, pero, ¿De la persona que amas? Conte...