¿Creer o no creer?

Capítulo 7

Un delicioso olor a tostadas me hizo despertar de mis sueños. Confundida mis ojos se abren de golpe al recordar que yo vivo sola y nadie estaría en mi cocina cocinando. O estoy ambrienta o la casa se está quemando. Asustada salté de la cama y las cortinas azules enfrente de mi hicieron que me asustara más. Recorrí con la mirada toda la habitación y al cerciorarme que no era mía rápidamente miré si llevaba la ropa del día de ayer, un suspiro de alivio salió de mis labios al ver que estaba entera, lo único que me faltaba eran mis zapatos. Los busqué y al encontrarlos solo me puse uno, el otro lo sostuve con mi mano derecha para estar preparada a cualquier cosa. Salí de la habitación, al parecer de hombre.

Avancé por un largo pasillo y unas escaleras ocuparon mi campo de vista. Las bajé con cuidado y sin hacer ruido, de tanto en tanto me giraba por si venía alguien. Al bajarlas totalmente el olor a tostadas se mezcló con el olor a café, seguí el rastro de esos manjares y al encontrarme con la puerta de una cocina me quedé quieta. No sabía si abrirla o no, tenía miedo de quién podría estar detrás de ésta. Al ver que el pomo de la puerta giraba lentamente no sabía qué hacer, tenía miedo, pánico y confusión. ¿Y si me habían raptado? ¿Y si era un psicópata obsesionado conmigo? El tiempo que tenía para correr se fue al carajo cuando la puerta se abrió por completo y lo único que supe hacer fue tirarle el zapato que tenía en la mano derecha. Un grito ronco salió del sujeto, el cual se me hizo muy conocido. Scott.

Con las manos tapando mi boca comencé a reír como una desquiciada, el miedo y el nerviosismo se juntaron para formar una risa sin razón alguna. Pero al recordar lo que había sucedido con el zapato me sentí culpable y mala persona. Quité mis manos de mi boca y levanté la mirada para conectarla con unos ojos que no sabría definir, éstos mismos me miraban con diversión y un atisbo de...¿cariño? Estoy alucinando, sí es eso.