🌈Día 30🌈

2.3K 123 225
                                    

🌈Algo subido de tono🌈

Era un sábado, día de descanso.

¿Y que hacía la parejita en días de descanso? De todo menos descansar.

Estos dos se encontraban en su propia cama, Ishimaru sentado en el regazo del más grande, rodeando a Mondo con sus brazos, por arriba de los hombros. Y Oowada acariciaba la suave mejilla de Kiyotaka con una mano y con la otra recorría su espalda, desde las cervicales hasta los glúteos.

Ellos dos se daban profundos besos. Sus labios de coordinaban a la perfección y sus lenguas se cruzaban de vez en cuando.

Ishimaru dejó de rodear a Mondo con sus brazos, para meter sus dos manos por dentro de la camiseta del pandillero, hasta llegar a aquel extenso pecho.

Mondo se sobresaltó y sus labios se separaron.

—Kiyotaka, no empecemos... —Susurró el oji-lila.

El azabache no hizo caso, y acarició aquel pecho, produciéndole un placentero cosquilleo al contrario.

Pequeños jadeos descontrolados salían de la boca del más mayor, y para el oji-carmesí, aquello era música para sus oídos.

Kiyotaka acarició cuidadosamente los pezones del otro, produciendo así un jadeo mucho más intenso.

Los dos se sonrojaron.

Pero eso no detuvo al antiguo monitor.

El azabache dejó desordenados besos por el pecho del más alto, el cual acariciaba gentilmente la espalda desnuda de Ishimaru.

—¿Tanto te gusta mi pecho? —Susurró el pandillero.

—¿Lo preguntas porque le estoy dando un especial cariño hoy? Entonces tendré que besar todo tu cuerpo, para que te quede claro que amo todo de ti.

Se quedaron callados. Ishimaru esperaba una respuesta.

—¿Y bien? ¿Que te detiene? —Preguntó el motorista, sonriendo.

Ishimaru quedó sorprendido por las palabras de su esposo. Pero tenía razón, ¿que le detenía? Lo tenía justo en frente de él.

Mientras lo tuviera, nada podría detenerlo.

🌈

Al día siguiente, Mondo fue a visitar a Leon. Hacía mucho que no quedaban, y eso que eran mejores amigos.

Pero el pelirrojo notó una fuerte aura que salía del robusto cuerpo de su amigo.

—Tío... estas rarísimo. —Dijo Kuwata.

—En qué sentido.

—Es como que... algo sale de ti, ¿me entiendes?

—Ah... —Dijo el pandillero en un suspiro, y le hizo un pequeño repaso a su propio cuerpo. —Es la esencia de Ishimaru.

Mondo sonreía al decir eso, pero Leon nunca había estado tan confuso en su vida.

🌈

Y con esto acabamos el fanfic!
Bueno, en realidad no, aún tengo algunas cosas planeadas dentro de esta historia
Pronto subiré un capítulo agradeciéndoos todo el apoyo que me habéis aportado! <3
Os ily 😩🤚💓
Y perdón por un capítulo tan corto, es que no sabía que poneeeeer, perdón de verdad 😭🤙

🌈30 días OTP [Ishimondo]🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora