Capítulo 30

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Cuando Doyoung despertó lo primero que sintió fueron dos brazos delgados que le rodeaban la cintura y una pierna delgada que se enroscaba a la suya sin vergüenza, hizo un esfuerzo sobre humano para no moverse aunque eso resultara difícil pues la postura en la que se encontraba era incomoda.

—Si llego tarde a clase, será tu culpa—Dijo Jungwoo con la voz adormilada y los ojos soñolientos, su cabello estaba enredado en una graciosa mata, su cuerpo estaba desnudo y un poco pegajoso después del acto íntimo de la noche anterior, pero aun así no sentía la necesidad de moverse. Estaba tan bien allí, se sentía exactamente como quería.

El deseo le aguijoneó el vientre y descendió como una flecha hasta su entrepierna. Pero decidió ignorarla por completo, más tarde cuando ambos ya habían salido de la cama, Jungwoo se dio una ducha y se puso la ropa de gimnasia de la escuela. El pelinegro preparó el desayuno para su hijo y para el pelirrojo, después de todo resultaba divertido.

Jaemin se comió sus cereales con rapidez y tiró de Jungwoo para ir a la escuela, el reloj marcaba exactamente las nueve de la mañana cuando Doyoung tiró de su maletín de trabajo para salir de su casa. Mientras caminaba se puso a pensar un poco en cómo le preocupaba en lo que se estaba convirtiendo por ese niño de cabellera pelirroja. Infierno. Prácticamente estaba poniendo su cabeza en bandeja de plata.

Cuando estaba punto de refutar algo contra sí mismo golpes fuertes en la puerta principal de su casa e inmediatamente eso le provocó un malestar en el cuerpo. Golpear de esa manera la puerta de una casa era insano. Se exigió a sí mismo a caminar hacía la puerta.

Bajó por las escaleras de su casa y los golpes aún estaban allí, el hecho de que sus manos comenzaran a moverse vertiginosamente lo asustaba como la mierda. Doyoung tenía el control sobre su vida, siempre. Pero actualmente, todo le estaba saliendo medianamente mal.

Giró la perilla y se estremeció al ver a dos policías varados en la puerta de su casa.

— ¿Es usted Kim Doyoung? —Dijo uno de ellos. El pelinegro se obligó a asentir, estas situaciones siempre eran las más difíciles desde la perspectiva de sus clientes y ahora que le tocaba a él era todo un infierno

—Sí, ¿Puedo ayudarlos en algo?

—Debe acompañarnos a la comisaria.

— ¿Por qué razón, si puedo saberlo?

—Vera, hay una denuncia de estupro y corrupción de menores en su contra. Sólo queremos que preste su declaración. Además también hay un cargo de secuestro por la repentina desaparición del jovencito Kang Jungwoo. Y, como aún no han transcurrido las 48 horas sólo necesitamos declaración de su persona.

— ¿Secuestro? Pero…

—Necesitamos entrar a revisar si el menor se encuentra aquí.

—Usted no puede ingresar a mi casa sin una orden judicial, está agrediendo mis derechos de propietario.

—Mire señor Kim…

—Señor si no nos acompaña voluntariamente, tendremos que llevarle a la fuerza.

—No será necesario, iré con ustedes pero primero debo avisar al trabajo y a mi hijo.

Veinte minutos después, Doyoung se encontraba sentado frente a una mesa en el interior de un despacho vacío. Había avisado a Soobin sobre su pequeño problema y no había llamado a Jaemin, no quería preocupar a su hijo.

Tras esperar otros veinte minutos la puerta por fin se abrió y apareció un hombre alto y delgado que rodeó la mesa con despotismo y se sentó frente a él.

¿Qué Esconde El Señor Kim? °Dowoo° NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora