Capítulo 10

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Jungwoo sintió que se derretía sobre las sabanas calientes que tenía en la espalda. Estaba perdiendo conciencia de todo lo que le rodeaba.

Doyoung lo empujó con las manos y Jungwoo se sujetó con fuerza de las colchas arrugadas, se mordió los labios para que ni Jaemin o Jeno lograran escucharlo.

El pelinegro continuó bajando un poco más con besos húmedos y succiones hasta encontrar lo que tanto había estado deseando durante un buen tiempo, aplastó las caderas de Jungwoo para inmovilizarlo y emitió un gruñido, levantó una de las piernas de Jungwoo hasta su hombro y sin dedúbitar comenzó a abrirse camino por las apetitosas nalgas del menor. Cuando hundió su lengua allí, Jungwoo soltó un gritito estúpido que resonó en el techo de su habitación.

—Oh-mierda-señor Kim-si, por favor—Empezó a penetrarlo con la lengua, al principio poco a poco, lánguidamente, pero a medida que iban pasando los segundos aceleró sus movimientos, el cuerpo de Jungwoo reaccionó de inmediato, abriéndose para él, dejándose en sus manos.

Doyoung dejó de lado cualquier otro pensamiento, incluso olvidó a su hijo, olvidó la diferencia de edad, olvidó que Seulgi le había dejado a su único hijo para que él lo cuidara, y de cierta forma lo estaba cuidando. Llevó su diestra hasta la parta baja de su cuerpo y dejó sus pantalones abajo, luego tiró el bóxer y liberó su erección.

Levantó la mirada y se topó con un Jungwoo sonrojado y con el cabello revuelto, estaba tan adorable que Doyoung tuvo que apretar sus dientes para contenerse.

—Shh—Se enderezó un poco y se acomodó sobre sus rodillas para tomar un sobre de aluminio de su veladora. Rasgó este con sus dientes y desenrolló el látex por su erección, desde la punta hasta la base, escurrió entre sus dedos el lubricante del condón y sin pensárselo dos veces regresó al cuerpo de Jungwoo como un depredador—
¿Lo quieres, pequeño?

Jungwoo parecía confuso, pero aun así no se movió ni un poco. Esperó a que Doyoung lo llenara.

—Lo quiero Señor Kim, por favor—Susurró sin vergüenza, después de todo ya había llegado demasiado lejos. Vio que Doyoung la tomaba erección rígida que apuntaba en su dirección y observó atento como la acomodaba justo en su entrada. El pelirrojo se mordió el labio para ahogar un grito al sentir como el pelinegro se abría paso en él con un movimiento de cadera y, con un gruñido empujó la punta hasta que esta estuvo dentro.

Jungwoo admiró la rigidez que denotaba el rostro de Doyoung, como si este sufriera, deseaba poder aliviarle y darle placer más que cualquier otra cosa en el mundo, así que recordó un poco de los videos sucios que había visto antes. Y sin pensarlo demasiado, levantó la cadera un poco y se empujó contra el pelinegro.

—Demonios, Jungwoo—Le sujetó la cadera y respiró con dificultad— ¿Acaso planeas matarnos?

Estaba a punto de responderle cuando de repente se dio cuenta de que ya tenía media erección dentro y el dolor menguando.

Doyoung dentro de él, por fin.

—Señor Kim—Le susurró con una sonrisita malévola.

Doyoung tragó saliva y, tras apartar sus manos se impulsó adelante, enterrándose en Jungwoo por completo.

—Respira—Le susurró—Intenta relajarte.

Jungwoo exhaló lentamente y su cuerpo quedo ligero. Doyoung aprovechó el momento para empujar sus caderas un poco más, penetrando por fin a ese niño receptivo. El pelirrojo cerró los ojos con fuerza y volvió a morderse los labios.

—Mierda, mierda, mierda…—Los gruñidos de Doyoung se evaporaron en la piel de Jungwoo.

—¿Qué coño estás esperando, Doyoung? —Le retó—Follame de una puta vez.

¿Qué Esconde El Señor Kim? °Dowoo° NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora