Capítulo 7

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VII.
Solo un esguince.

La castaña veía a un punto fijo en aquella blanca habitación

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La castaña veía a un punto fijo en aquella blanca habitación. Posiblemente llevaba un par de horas desde lo sucedido en el partido, igual no estaba lo suficientemente centrada en el mundo real para llevar el tiempo. Aún cargaba el uniforme de los halcones y una coleta en su cabello. Perdida en sus pensamientos apenas había escuchado lo que decía el doctor frente a ella.

­— ¿Desde cuándo empezaron tus ataques?

Sofía rodó los ojos. Ya conocía este procedimiento de memoria. — A los 8 años, luego de la muerte de mi madre adoptiva. ¿Me he tratado? Sí, sólo no continuamente por falta de dinero. ¿Cuántas veces ocurre? No sucede frecuentemente gracias a los medicamentos, supongo. Últimamente sólo ocurre con situaciones de miedo. ¿Necesita saber algo más?

— ¿Te has estado automedicando? ­— Fue ahí cuando dirigió su vista al psicólogo.

— Eh ¿No? Las pastillas están recetadas.

— Sí, pero según los estudios que te hicieron, tú dejaste de ver a un especialista hace unos 5 meses y de todas formas has estado tomando las pastillas, y por lo visto más de lo recomendado.

Suspiró ­­— Solo me tomo una diaria, el antidepresivo que me recomendó mi médico a las 3:00 pm, y en caso de no poder dormir sólo tomo una pastilla que me ayude, eso es todo; no me he estado automedicando.

El señor sólo suspiro y anotó en su libreta, luego siguió haciendo unas tantas preguntas de rutina para saber el estado en el que se encontraba la castaña. — Eso sería todo por hoy.

­— ¿Hoy?

El doctor se levantó de su asiento para dirigirse a la puerta. — Sí. No es necesario que vivas de medicamentos para no tener ataques, hablaré con tu representante para programar una o dos citas semanales para tratar la ansiedad y el pánico. Por lo visto, tu cuerpo responde bien a los antidepresivos, por ello te recetaré uno cada mañana; eso sí, en vez de tomar una pastilla para dormir es mejor un té o alguna infusión parecida para relajarte. — Le tendió el papel con la recta médica.

Sofía se levantó de su asiento y tomó el papel. — ... ¿Yo podré seguir jugando con los halcones?

­— Sí, de hecho, hacer deporte es una de las recomendaciones para disminuir el estrés y la ansiedad. Por lo visto estás capacitada para jugar fútbol, yo me encargaré de hacérselo saber a tú entrenador.

La chica asintió y cuando estaba por salir de aquel lugar volteó nuevamente a ver al doctor. — ¿Sabe en qué habitación se encuentra Gabriel y si podré pasar a verlo?

— 2809, ya le terminaron de hacer sus exámenes, por lo que sí puedes ir a verlo.

Le agradeció con una sonrisa y salió de aquella habitación. Cuando iba a cruzar por el pasillo de la sala dónde se encontraba el enganche divisó a los directores del IAD en el medio de este, los cuales se acercaron rápidamente al verla y al doctor que la seguía a unos metros de distancia.

Football Sister || O11CEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora