Capitulo 14: Llanto.

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HIROSHI.

Aun seguía corriendo, no había parado de buscarlo. Ya había caído la noche y con ella la lluvia, poco me importaba estar empapado y las miradas de las personas que pasaban con sus paraguas.

Tal vez coja un resfriado, pero no pararía hasta encontrarlo y asegurarme de que estaba bien. Algo dentro de mi, como un sexto sentido; me decía que algo malo le había pasado, solo esperaba que ese presentimiento fuera un error.

Después de horas y horas buscando por la misma zona y un poco mas allá de esta, sentía que las esperanzas de encontrarlo eran nulas. Tal vez si eran sus amigos y fueron a algún sitio a pasar el rato y ese sexto sentido que me decía que algo malo había pasado, era solo una equivocación.

Seguí buscando y preguntando a las personas que transitaban por un tiempo más, pero las posibilidades de que fueran sus amigos y de no encontrarlo, eran más grandes.

Sin lugar al cual buscar, decidí que mejor era volver e irme a casa antes de coger un resfriado, pero mis pensamientos se pararon de golpe al escuchar un quejido por el callejón por el cual pasaba sin adentrarme en el.

Al escuchar eso, decidí acercarme; pero al hacerlo sentí como mi corazón se partía en mil pedazos al ver quien se encontraba ahí tirado, empapado por la lluvia, y darme cuenta que era Akira.

Sin pensarlo dos veces me tire al piso y levante su cabeza poniéndola en mis brazos y con una mano acariciaba su mejilla. Por mi mente solo pasaba; ¿Qué le habrán hecho? ¿Le habrán golpeado? Preguntas así cruzaban por mi cabeza. Por un momento me alegro no haberme rendido hasta ahora, hubiera sido muy posible, que si no me hubiera rendido, estaría aun buscándolo como loco y nunca se me hubiera pasado por la cabeza buscarlo por aquí.

­─Akira…, Akira ¿me oyes? ─pregunte aun acariciando su mejilla, pero no obtuve respuesta.

Su cuerpo estaba frio y mucho más blanco de lo que es, sus labios se estaban poniendo morados.

─Aguanta por favor…

Con cuidado me levante y con él en brazos. Tenía que ponerlo bajo unas sábanas calientes.

Corriendo me dirigí al instituto, donde tenía mi auto aparcado. Cuando llegue, con cuidado metí a Akira en el puesto del copiloto y seguido me adentre, para seguido encender el auto y arrancar rumbo a casa.

En el camino miraba de reojo a Akira, quien balbuceaba palabras que no alcanzaba a escuchar. Parecía un loco al volante por la forma que conducía, por suerte no hubo ningún oficial que me parara por exceso de velocidad, ni mucho menos tuve un accidente.

Una vez llegue a mi casa, presione un botón que me dejaba abrir el portón con mi voz, ya que no tenía sirvientes o algo por el estilo en casa, me parecía una pérdida de tiempo y me gustaba estar solo.

Aparque mi auto en la parte trasera de mi casa y rápidamente baje de el para ir por Akira y sacarlo.

Subí las escaleras corriendo, pero teniendo cuidado de no tropezar y me dirigí a mi cuarto, pero antes de acostar a Akira en la cama, tenía que quitarle esas ropas mojadas. Tenía que tener un autocontrol muy grande al ver su cuerpo desnudo y no lanzarme encima de él y comérmelo ahora mismo, tenía que ser fuerte.

Al quitar su camisa, vi moretones por su abdomen y uno que otro chupetón en su cuerpo.

No quería creer lo que mi cabeza estaba tratando de formar al ver eso. Cerré mis ojos y apreté mis labios y puños. Tenía que ser fuerte.

Una vez le quite su camisa maltrecha y su pantalón, tenía que quitarle sus calzoncillos que también se encontraban mojados.

Ver a Akira tumbado en la cama semidesnudo, miles de pensamientos nada buenos o decentes pasaban por mi cabeza, y tener que quitar la única prenda que cubría su hombría  tampoco ayudaba mucho.

NO LO PUDE EVITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora