Capitulo 9:Mañanas calmadas.

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AKIRA.

No podía moverme, quería apartarme pero no podía. Me atrajo más hacia él, y yo solté un gemido ahogado en su boca. Sentí su mano subir por debajo de mi camisa y recorrer mi espalda, mientras nuestras bocas seguían unidas. No podía moverme, tenía miedo; pero no me sentía asqueado como cuando esos dos chicos de mi clase me tocaron… más bien se sentía como si fuera Ryuk el que me estuviera tocando. Reaccione, reaccione al darme cuenta que no era Ryuk el que me estaba tocando, sino otra persona.

De un empujo aparte a aquel chico que me miraba con una serenidad en su rostro, me asuste más al darme cuenta de mis pensamientos. Sin pensarlo más decidí salir de ese baño, sonrojado y con mi camisa un poco desacomodada. Respire profundo y me acomode un poco para que Ryuk no se diera cuenta de lo que acaba de  pasar.

Al llegar con Ryuk, aun tenia tristeza en su rostro, entonces me acorde del motivo por el cual fui al baño; pero eso era lo de menos, ahora quería salir de este lugar para evitar que Ryuk sepa lo que paso.

─Ryuk… ─volteo a mirarme y sin darme cuenta sus brazos me tenían rodeado.

─Lo siento… por favor no llores, ya habrá tiempo para que me presentes a tus padres ¿si? ─me miro con ternura e hizo que olvidara lo ocurrido hace tan solo unos minutos atrás, pero aun así quería salir de ese lugar.

─Está bien, pero vámonos de aquí, volvamos a tu casa ─sonreí.

Ryuk me sonrió devuelta y dejo el dinero encima de la mesa y nos dirigimos a la puerta saliendo del lugar; di un último vistazo al lugar y vi al chico sentado en una mesa con una copa de vino en sus manos y su mirada fija en mí; sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo. Me di vuelta para mirar a Ryuk que también me estaba mirando y me dedico una sonrisa de esas que tanto me gustaban, tome su mano y entrelace nuestros dedos. Quería sentir el calor de Ryuk, para olvidar lo sucedido.

***

­─Ryuk… Etto… es que mis padres me dijeron que te preguntara… que si yo me podía quedar aquí en tu casa… por dos semanas… ─baje la cabeza, sentía mis mejillas arder; me daba un poco de vergüenza.

─Dos, tres, cuatro hasta años; ¡Claro que sí! ─me tomo en brazos y me cargo haciéndome dar vueltas en el aire, solté una risilla y Ryuk me puso en el suelo dándome un casto  beso en mis labios.

Estaba feliz, podía pasar dos semanas enteras en la casa de Ryuk, juntos, solo nosotros dos, podíamos hacer muchas cosas y podíamos salir de aquí al instituto.

─Y… ¿tus padres donde estarán?

─Estarán en un viaje.

─Está bien, ¿vamos a dormir?

─Si…, emm… Ryuk… ¿Dónde dormiré? ─desvié la mirada un poco apenado jugando con mis manos y mi cara roja. Escuche una risilla de parte de Ryuk.

─Pues conmigo, en mi cama ─me dijo con una gran sonrisa y estaba más que seguro que tenía toda mi cara roja al igual que un tomate Cherry al recordar lo que habíamos hecho en esa misma cama.

─ ¿E-e-en t-tu cama? ─tartamudee.

─Si, no quieres ─hizo una especie de puchero, mientras en brillo se formaba en sus ojos; sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo.

─N-no, e-está bien ─estaba nervioso.

─Está bien, deberíamos tomar una ducha ─dijo con una sonrisa pícara en sus labios, mientras se iba acercando poco a poco a mi rostro y los rozaba con los de él. ─Entro yo primero ─se alejó dejándome con un gran sonrojo al sentir sus labios tan cerca, mis piernas flaquearon y caí al piso viendo la puerta del baño cerrada.

NO LO PUDE EVITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora