Epílogo

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Jimin había quedado inconsciente después de ver resucitar a Yoongi, este lo que decidió cargarlo en sus hombros y lo llevo a la ciudad. El camino era bastante largo por lo que tomo bastantes descansos por todo el camino, pasaron la noche en una de las cabañas que habían dejado cuando se adentraron al bosque. El omega parecía estar profundamente dormido así que decidió mejor no tratar de despertarlo, era hermoso verlo con los ojos cerrados y su lenta respiración, parecía que se le habían quitado 10 años de encima. Parecía un pequeño niño dormido en el regazo de su madre. Dentro del alfa sentía un calor en el pecho, no era incómodo, pero nunca antes lo había sentido y tenía la sospecha que era por Jimin.

Se decidió a seguir el camino, pues quería llegar lo más rápido que pudiera y ver a sus hijos, pero justo cuando trato de cargarlo otra vez, este despertó.

— Yoongi. — susurro, ni bien lo vio, empezó a llorar otra vez. — Si estás aquí, no es un sueño.

— Claro que estoy aquí, Jimin. — respondió el alfa, algo angustiado por el llanto de su pareja. — ¿Dónde más estaría? Solo, lamento haberme perdido tu lucha con la bruja, supongo que me desmaye. — hablo con vergüenza.

— Mmm. — contestó. — Hay algo que deberías saber.

Yoongi lo miro con curiosidad, su omega estaba actuando extraño desde que abrió los ojos. — Cuéntame. — dijo, mientras se sentaba a su lado.

— Cuando salí de la cabaña, encontré tu cuerpo. — explico. — Se me rompió el alma al verte allí, mi marca había desaparecido y temí lo peor. Cuando me acerque a ti no tenías pulso ni signos de vida. Por un momento tuve esperanzas, pero después de luchar contra ella y verte allí... No podía dejarte así.

— No estaba muerto, Jimin. — respondió confundido. — Si no como explicas que ahora esté hablando contigo, no soy un fantasma, te lo aseguro.

— Cuando termino todo, vinieron tres ángeles. La verdad ninguna me dio sus nombres, pero ella me dieron la opción de revivirte. — expreso algo temeroso por la reacción de su alfa. — Me contaron de la luz que llevo dentro, me propusieron expulsarla de mí y dártela a ti, para que tu corazón vuelva a latir. Por un momento pensé que no funcionaría, pero si volviste. — termino de explicar aún soltando algunas lágrimas.

— ¿Me estás diciendo que entregaste tu luz? ¿Por mí?. — Pregunto consternado. — ¡Pudiste haber muerto! Si bien sé, fue eso lo que te mantuvo con vida cuando te atacaron.

Jimin encogió los hombros y se acurrucó en el hombro de su alfa, su alma había vuelto a su cuerpo después de muchas horas. Se sentía completo en ese momento, solo faltaba estar cerca de sus hijos y sería completamente feliz.

— Jimin, deberíamos volver. — Dijo, luego de unos minutos en silencio.— Necesito ver a nuestros hijos. Saber que está bien.

Caminaron por más de media hora, Jimin estaba apoyado en Yoongi, ya que su pierna aún sangraba un poco y la herida no había cerrado. El camino se había hecho cada vez más largo con forme se acercaban, dedujeron que era por las ansias que tenían por llegar. Estaban completamente nerviosos de saber lo que hubiera pasado en su ciudad. La preocupación había acrecentado al notar el completo silencio de la ciudad, no se escuchaba ni a los pequeños pájaros cantores que adornaban las tardes de la mansión con sus dulces canciones. Después de unos minutos pudieron recostarse en uno de los muros de su hogar, no había humo saliendo de la chimenea, y tampoco se escuchaban a los perros de la ciudad, estaba todo tan tranquilo y desolado.

Cuando entraron a la mansión, Tae se encontraba en la puerta, estaba esperándolos con impaciencia, tenía los ojos rojos e hinchados que hacían notar que había estado llorando por más de dos horas. Jimin lo conocía bastante como para darse cuenta de que su agobio era mucho más de lo que imaginaba. En el momento que los vio entrar corrió hacia ellos y detrás del un confundido Jungkook le seguía el paso con una venda en el brazo derecho colgando hasta su cuello, tenía varios cortes en el labio y las mejillas, pero aun con ellos sonreía de oreja a oreja al verlos llegar. Nam estaba en una de las ventanas de arriba y aunque trato de correr el yeso en su pierna no se lo permitía, así que espero paciente a que su dulce omega lo pusiera en una silla y lo bajara al primer piso.

A Través De Un Sueño: Recuerdos《YM omegaverse》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora