Decir que Yoongi y Jimin no se amaban sería mentir, claro que lo hacían, pero como en toda relación no todo es felicidad. Jimin aún recordaba su niñez al lado de su hermana y sus padres, recordaba aquellas mañana en las que salían a trabajar y el de quedaba con su hermana cambiando de forma y dejando que sus lobos salieran en libertad a recorrer los frondosos bosques de más allá de la frontera de Daegu, recordaba como su madre los reñía por aparecer después de varias horas con toda la ropa desgastada y llena de tierra y ramas, recordó también los cuentos que su padre le contaba en las noches antes de dormir y los millones de veces que salían en las madrugadas para ir a cazar algún animal para la comida del día, todos aquellos recuerdos dejaban un sentimiento de nostalgia en su pecho, jamás podría quejarse de su infancia, ya que esta podría haber sido la mejor etapa en su vida aunque no se le comparaba a la etapa de ser padre, pero era eso lo que lo ponía otra vez a pensar en su niñez. Jimin quería que sus hijos tuvieran la infancia que él tuvo, que aquellos pequeños puedan correr libres por el bosque jugando en su forma animal y riendo mientras sus padres los perseguían para ir a almorzar y luego tener una noche a lado de la fogata para que el alfa de la familia contará cuentos de terror y así hacer que sus hermosos cachorritos durmieran profundamente abrazados a sus padres por temor a que un fantasma los atrapara.
Jimin quería tantas cosas para sus pequeños hijos que lloraba al darse cuenta de que quizá jamás sería así, tenía miedo de fallar como padre y que sus hijos jamás conocieran lo que era una herida, por una caída, por jugar en el árbol si no que conozcan una herida interna de esas que a pesar del cuidado que se les dé jamás sanarán por completo. Temía por su futuro porque él siguió viviendo en el pasado, vivía con aquellos temores de su accidente, vivía con el recuerdo del hombre que mató a su madre y lo dejo casi sin vida a él, vivía en los recuerdos que solo lo llenaban de nuevos temores.
— Mochi, hoy me quedaré contigo todo el día. — habló su alfa sacando a Jimin de sus pensamientos.
— ¿De verdad? — Preguntó entusiasmado y Yoongi solo asintió. — Tus hijos y yo te extrañamos mucho amor.
Se dieron un dulce beso, de esos que hace mucho no tenían. El alfa abrazo la cintura de su omega para sentirlo más cerca de su cuerpo, era un abrazo amoroso y protector que al omega de Jimin le fascinaba, se sentía feliz, protegido y sobre todo amado, algo que hace algunos meses no sentía de parte de su alfa. Jimin se aferró al cuello de Yoongi para profundizar aquel beso que tanto esperaban aquellos dos. Después de tantas veces que solo se veían en las noches para dormir y al despertar antes de ir a trabajar, necesitaban unos días juntos como una familia, una verdadera familia.
— ¿Qué te parece si vamos a un día de picnic? — preguntó el alfa. — Casi nunca tuvimos una cita romántica.
— Tiene razón, me parece una linda idea. Mi Suk y Mi Hwan no han compartido una mañana completa con sus dos padres desde el día en que nacieron. — Yoongi sintió aquello como un reproche indirecto, pero tenían razón, el alfa se había separado de su familia debido al trabajo.
Yoongi volvió a besar los labios esponjosos de su omega. — Me parece que deberíamos irnos ya, antes de que el día se nos vaya.
Jimin muy emocionado cambio a sus bebés con unos atuendos para un día soleado como aquel, con pequeñas prendas de algodón y sus mantitas a juego. El alfa, como hace mucho no lo hacía, ayudó a su pareja a vestirlos y cambiarles el pañal, se sentía bien estar al lado de su familia, esa que tanto extraño estos meses.
Salieron de la mansión con un guardia para qué los vigilará de lejos, caminaron por el bosque a las espaldas de la mansión llevando cada uno a un hijo, con una pequeña canasta con comida que JiSoo les había preparado aquella mañana antes de que salieran. El día estaba realmente hermoso, caminaron hasta llegar a una laguna cristalina donde se sentaron entre mantas dejando a sus bebés bien tapados del sol en medio de los dos, comieron los manjares que había en la canasta, mientras que sus bebés a una hora pidieron ser alimentados por su padre también. Yoongi le contaba a su pareja sobre su infancia y los que solía jugar cuando se encontraba solo en casa, el omega le contaba sobre los múltiples trabajos que tenían sus padres y como ellos aprendieron a trabajar al lado de sus padres desde muy pequeños.
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A Través De Un Sueño: Recuerdos《YM omegaverse》
FanfictionDespués de pasar por tantos problemas juntos, Yoongi y Jimin tendrán que enfrentar la más importante prueba, ser padres. No todo es color de rosas y tendrán que afrontarlo, pero los problemas no parecen terminar y sus vidas empiezan a tornarse gris...