09.

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—Ese vestido azul te queda estupendo Anne. Si o si te lo tienes que poner.

—¿Tu crees?, ¿No es mucho solo para ir al lago de aguas relucientes?

—No, y cállate que con eso te ves perfecta — Diana dió un grito —Mi primo quedará embobado al verte. Hay, no puedo esperar a ser la madrina de bodas y la tía favorita de sus hijos. — Anne solo nego sonriendo, creyendo que su mejor amiga estaba loca. Mientras que Diana en su mente ya estaba imaginando que vestido utilizaría para la boda de ese par.

Mientras tanto en casa de los Lynde, Gilbert Blythe se encontraba sumamente nervioso, escogiendo la camiseta más adecuada para ponerse.

—¿Está quedará bien?, No verdad, ¿O me pongo la negra?, No, mejor está — dijo tomando otra camiseta casi igual — No, está tampoco, ¿Y si me pongo está? — mientras tanto Cole ya estaba arto de todo, más específicamente de su primo.

—Tranquilo Gilberto, todo estará bien. ¿Porque no te pones esa azul, se ve muy bien, junto con estos zapatos — Tomo un par de zapatos que tenía Gilbert a escojer — Y este pantalón y punto. Por Dios, todo estará bien, a Anne le gustas.

—¿Crees eso?, Oh porque si me llega a rechazar hoy, yo

—¡Ya me tienes arto!, Ponte eso y verás que Annita aceptará, ¿Tienes todo listo, cierto?

—Si ya está todo listo emm... ¿Y si me falta algo?, Y si ella no — Cole todo lo ojos y se fue a sentar de nuevo, dejando a Gilbert con los nervios de punta.

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En Tejas verdes se escuchó que alguien tocaba la puerta.

—Ya llegó Diana, ¡Ya llegó!, ¿Me veo bien?

—Si Anne, te ves perfecta. Anda, baja, luego me cuentas todo ¡Eh!, Con lujo y detalle.

—Si, si, muchas gracias Diana. — y lanzandole besos a su alma gemela, Anne bajo y abrió la puerta de la entrada.

Tanto Gilbert como Anne quedaron anonados por la belleza del otro. Ella sencilla, con su cabello rojo callendo en ondas de fuego, mientras que el, al igual que ella, sencillo, pero con todos los rizos revueltos y con una gran sonrisa. Ambos no lo sabían pero complementaban muy bien.

—¿Vamos señorita? — dijo Gilbert ofreciendo su brazo a Anne.

—Vamos, caballero. — respondió la chica aceptando el brazo de Gilbert.

Caminaron al inicio con un silencio cómodo, luego Anne inicio una conversación sobre la escuela, así poco a poco hasta que llegaron al lugar de aguas relucientes.

—Alto ahí señorita. — dijo Gilbert sacando un pañuelo largo.

—Wow, ¿Esto será una sorpresa?, No tienes que...

—¿Qué?, ¿Acaso no lo viste venir? — dijo Gilbert soltando una carcajada y poniéndole el pañuelo a Anne sobre sus ojos.

—Entendí esa referencia. — respondió ahora Anne sonriendo.

Gilbert guío a Anne hasta quedar debajo de un árbol que estaba muy cerca de la orilla del lago. Ahí, se encontraba una gran manta con cosas deliciosas, muchas flores y la esperanza de que Anne aceptará ser su pareja.

Al llegar hasta el lugar, Gilbert cuidadosamente le quitó el pañuelo a Anne, dejando ver a la chica la hermosa vista de las aguas relucientes y la agradable sorpresa que su acompañante tenía para ella.

—Gilbert, esto es... — Anne se tapo la boca por lo sorprendida que estaba.

—¿Te gusta? — pregunto el chico esperando que su respuesta fuera positiva.

— Por dios, ¡Claro que sí!, Esto es magnífico, ¡Muchas gracias! — diciendo esto Anne abrazo fuertemente a Gilbert.

—No tienes porqué agradecer — y la abrazo aún más fuerte. — Ven.

Los dos hablaron mucho esa tarde. Bromearon, comieron, hubieron muchos sonrojos de por medio, hasta que Gilbert, con los nervios de punta, decidió que ese era el momento para declarar sus sentimientos. Rogaba que fueran correspondidos.

—Anne... — Gilbert suspiro. Anne lo miro con preocupación.

—¿Qué sucede?

Gilbert se paró y con su mano ayudo a Anne para también pararse.

—Esto... Ah... Yo...

—¿Okey?, Me estás preocupando Gilbert, ¿Qué sucede?, ¿Te sientes bien?

— Si, si yomesientobien — dijo muy rápido. — Ay lo acabo de arruinar — susurro esto para el mismo pero Anne lo alcanzó a oír.

—¿Qué acabas de arruinar?, Gilbert, no estoy entendiendo nada, si tienes algo que decir ¡Dilo ahora!

Entonces Gilbert por fin se armó de valor. Levantó la cabeza, la miro a los ojos y comenzó a hablar.

—Tu Anne, eres una persona muy fuerte, muy valiente y demasiado buena para ser verdad. Sin contar lo hermosa que eres tanto físicamente como lo eres en personalidad y en absolutamente todo. No sé si mis sentimientos sean o no correspondidos, pero con mi corazón aquí, ahora, te preguntó, ¿Te gustaría ser mi novia?

La pelirroja no se esperaba tal revelación, ¿Encerio el la quería?, Si, lo hacía y se lo acababa de decir. Miro a Gilbert con cara de enamorada y calmadamente asintió con la cabeza causando un sonrojo por parte de los dos.

Gilbert sin esperar más, la cargo y comenzó a darle vueltas. Los dos chicos rieron y al bajar A Anne se besaron. Los labios del otro era algo que ambos anhelaban inconscientemente y la sensación era maravillosa. Se separaron y al mirarse a los ojos vieron en el otro el amor y cariño que se tenían.

Tarde.

𝑭𝒂𝒌𝒆 𝒔𝒎𝒊𝒍𝒆.           (shirbert) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora