No hables, gemir es mejor.

1. Comercial.

Joaquín. 

No puedo creer que vaya a hacer esto. Aún no sé como me deje convencer de Gala, no me siento listo. Estoy frente al espejo y frunzo el ceño. Que asco de pelo. Le paso el cepillo por quinta vez y se niega a colaborar. Hoy es un día importante, desde que inicie la carrera había soñado con este momento, esperaba una oportunidad para ingresar al mundo de la moda, pero no precisamente como modelo u actor. Trató por milésima vez de hacer que mi cabello no se vea tan esponjado y no lo logró. Pongo los ojos en blanco. Resignado y lleno de frustración tomó un poco de spray para moldear mi cabello. Mi única opción es dejar mis rizos desordenados libres, y creo verme medio presentable. Me observo con detenimiento; piel pálida, pelo castaño y ojos cafés exageradamente grandes.

Gala Greco, es mi compañera de piso, me consiguió un lugar en unas audiciones para la filmación de un corto comercial. Es una gran oportunidad según ella para darme a conocer. Yo no quería, pero después de rogarme por horas termine por aceptar, y aún no puedo creer que me hayan elegido. No por nada malo, pero no me sentía listo para modelar, ni para estar rodeado de cámaras, de hecho creo que jamás me sentiré mentalmente listo para ser el centro de atención, nunca me ha gustado. Solo acepte ir para quitarme de encima a la inquisidora de Gala Greco y ahora estoy metido en este lío.

Maldita seas Gala.

Tengo que estudiar para los exámenes finales, tengo que terminar unos bocetos y se suponía que a eso iba dedicarme esta tarde, pero no. Lo que voy hacer es conducir varios kilómetros con un tráfico infernal hasta paseo de la Reforma solo para complacer a mi querida amiga.

Debo de llegar en la tarde para grabar el comercial de una empresa de telecomunicaciones de la cuál yo no había oído hablar: Darleen Corporation Inc. Me entere hace una semana y desde entonces no he podido dormir, los nervios me están matando. Aún así trató de ser un poquito optimista. Ella quiere ayudarme y solo por ella lo hago.

Gala esta apresurada acomodando unos papeles.

—Joaco lo siento, sé que no quieres ir, pero créeme que valdrá la pena. Después me lo terminarás agradeciendo —dice orgullosa.

Y lo estoy. Ella lo sabe perfectamente bien, así como también sabe que no me gusta que todas las miradas y los reflectores estén sobre mí.

—Deberías venir conmigo, tu me metiste en esto. Por lo menos acompañame —comentó mientras guardó algunas cosas en mi mochila.

—No puedo. Tengo que terminar un artículo muy importante para la revista de la escuela y aún me faltan algunos datos importantes. Me reuniré con Alex en la universidad para recopilar información que nos sea útil. Pero tranquilo puedes usar mi auto. Alex vendrá por mí.

—Esta bien.

—Si tienes suerte conocerás al presidente de la corporación.

—Ojala que no. No sé nada de él —murmuró intentando en vano reprimir el pánico que cada vez es mayor.

—Te aseguro que no podrás quitarle la mirada de encima.

—¿No tenías prisa? —le preguntó para cambiar el tema.

Ella parece recordar algo y sonríe.

—Tu también vete ya, el camino es largo y no quiero que llegues tarde.

—Si señora. Te prepare un poco de sopa de letras para que te la calientes después.

La miró con cariño, solo haría algo así por ti, Gala.

—Si lo haré. Mucha suerte y gracias, Joaco. Ya verás que esto es el inicio de algo grande.

Tomó una pequeña mochila, le lanzo una sonrisa y me dirijo al coche. No puedo creer que me haya dejado convencer, pero ella es capaz de convencer a cualquiera de lo que sea. Será una excelente periodista. Sabe expresarse y discutir, es fuerte, convincente y guapa. Y ella es mi mejor amiga.