Joaquín.
Para cuando termino de limpiar todo ya son más de las doce de la noche. Afortunadamente el dolor ha disminuido un poco, pero no lo suficiente como para que pase desapercibido.
En estos momentos me parezco a Bambi. Suelto una risa amarga ante esa comparación, pero es cierto.
Tomo la botella de vino que trajo Emilio, pienso en tirarla a la basura, sin embargo no lo hago. Necesito beber, este será el último recuerdo que tendré de él.
Le doy un largo sorbo y me dejó caer con cuidado sobre el sofá. Pese a todos mis esfuerzos, trató de no pensar en lo que paso hace un rato pero es inevitable.
Aún siento sus caricias en mi piel, el sabor de sus labios en mi boca, la casa está impregnada de su maldito aroma, y mi cuerpo adolorido es el claro y constante recordatorio de que me acosté con él.
Veo la hora por enésima vez, estoy cansado y no me siento con ánimos suficientes para contarle a Gala cómo me fue, porque ella tiene ese don de detectar cuando algo no anda bien y aunque me esfuerce por no decir nada siempre me saca toda la información. Creo que ella sería buena detective —además es Virgo—, por algo tiene el título de ser mi mejor amiga.
No sé cuanto tiempo ha pasado pero ya me acabé la botella de vino. Quizás ni siquiera llegue a dormir. Busco mi celular y cuando lo encuentro veo que tengo dos mensajes de Gala diciéndome que va a llegar más tarde de lo que había previsto y que no la espere.
Respiro con alivio, al menos tengo tiempo para pensar muy bien lo que voy a decirle, me salve de otro interrogatorio —al menos por ahora—. Dejo la botella en la mesa del comedor y me voy a dormir.
No tardo mucho en quedarme dormido. Estoy exhausto, han sido muchas emociones en un solo día. Quiero desconectarme del mundo por un buen rato.
[...]
El molesto y escandaloso sonido de mi alarma suena como loco. Me arranca de mi muy placentero sueño. Lo apago y después de unos cuantos minutos me levanto para entrar a la ducha.
No pienso ir al trabajo oliendo a sexo, y mucho menos a Emilio.
Cuando salgo me visto lo más rápido posible, y antes de que se me olvide quitó las sabanas de la cama. Todo está en completo en silencio. No sé si finalmente Gala si llegó a dormir o se fue de largo hasta el amanecer.
No obstante, no me voy a arriesgar a despertarla —digo, si es que está aquí—. Por lo tanto, como si se tratase de una caricatura camino en puntitas hasta el cuarto de lavado y meto las colchas a la lavadora.
El dolor en mi cuerpo sigue presente, pero al menos siento que ya camino un poco mejor.
Quiero que, cada vez que te muevas
mañana, recuerdes que he estado dentro de ti. Solo yo.Las palabras de Emilio hacen eco en mi cabeza, y siento una corriente eléctrica al recordar la manera en la que me penetraba mientras decía eso.
Tenía razón y lo odio por eso.
Regreso a la cocina para preparar café, pero una sombra aparece en mi panorama y doy un leve brinco.
—¡Mensa me asustaste! —le digo a Gala que me mira atentamente.
—Perdón —dice en medio de un bostezo.
—¿A qué hora llegaste?
—A las cuatro de la mañana.
La observo con detenimiento de arriba abajo, su cabello es una maraña de pelo, y se le ha corrido el maquillaje —seguramente olvido quitárselo —, gracias a eso parece que tiene unas ojeras muy pronunciadas. Está pálida y con los ojos rojos por no dormir bien. Huele a alcohol y tiene la boca hinchada.
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No hables, gemir es mejor.
FanfictionJoaquín es un estudiante de diseño de modas; tímido e inocente que inicia un romance atrevido con Emilio. Un controlador hombre de negocios cuyos gustos sexuales se encuentran en la frontera del dolor y el placer. +18 🔥 Historia con mucho smut🔥 ...