La ruptura

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Entré en casa de mi novio, y como de costumbre me recibió con un intenso beso. Aquella noche se había conectado hasta las dos de la madrugada y al preguntarle me dijo que estaba hablando con su prima, persona a la que de verdad odiaba como a nadie. Subimos a su habitación ya que se acababa de levantar y fui a esperarle mientras se lavaba la cara. Como de costumbre, cogí su móvil no solo porque siempre lo hacía, sino porque sinceramente no me fiaba de él. Y fue cuando mi mundo se vino abajo. Encontré una conversación con una chica bastante cariñosa, las palabras que más me dolieron fueron por parte suya, él decía: ¿Seremos entonces amigos con derecho a roce?
Cuando leí eso empecé a llorar como nunca había llorado en mi vida. Él llegó del baño y me vio llorando y lo primero que hizo fue echarme la bronca por coger su móvil. Encima tuvo la valentía de decirme eso. Empecé a decirle de todo gritándole sin cortarme y fue cuando mi madre subió a ver lo que pasaba. Le enseñé todo a ella y a sus abuelos, y él también empezó a llorar. Reaccionó pegándole un puñetazo a la pared y fue ahí cuando mi madre decidió que era hora de irse.
Aquel fue el peor día de mi vida. Aún así seguíamos hablando y yo estaba tan enamorada que aún confiaba en que lo nuestro seguiría adelante. Yo había dejado de ir a la psicóloga hacia mucho ya pero yo ya no podía más. Faltaba a clase para estar con él y eso ya era de lo peor que podía hacer. Me estaba cambiando demasiado.
Días después le pedí a mis padres que me llevasen a verlo, y aunque estuvimos solo diez minutos, le dije que quería volver y darle otra oportunidad. En pocos días haríamos 2 años y siete meses y decidí mandarle rosas a su casa y una carta pidiéndole perdón. Realmente no sabia porque le pedía perdón si el que había cometido miles de errores era él pero bueno, yo solo quería recuperarle.
Aquella tarde vino a verme y estábamos bastante distantes pero habíamos vuelto que era lo importante. Yo estaba tan contenta de que ese bache se hubiera solucionado pero no todo fue así de bien. Aquella noche me llamó con la noticia de que había conocido a otra, que le gustaba más porque no enseñaba en las fotos, le parecía sencilla y quería estar con ella. Creo que ese fue el peor momento de mi vida. Cuando te das cuenta de que llevas años de tu vida dedicándote a alguien que acaba contigo y te deja en el piso.
Durante varios días, estuvo en elección entre ella y yo. Un día la elegía a ella y al otro me elegía a mi. Cuando ya no aguantaba más con mi vida y con las lágrimas cada día, le dije que tenia que decirle que no o que se olvidase de mi. Y eso hizo.
Como cada miércoles, fui a su casa. La diferencia es que él no estaba, estaban sus abuelos, a quienes les expliqué lo que había pasado y ellos me decían que eso era mentira y que la golfa era yo. Salí de aquella casa llorando después de que me tratasen tan mal y fui camino de la peluquería en donde él estaba y en vez de apoyarme, se enfadó por haber estado llorando en la calle.
Entramos en la casa y subimos a la habitación. Le hice prometer que no hablase más con la otra y eso hizo. Empezamos a tener relaciones pero yo solo podía tenerla en mente a ella, y no estaba bien. Antes de que él pudiera soltar nada, me levanté y me vestí, bajé las escaleras y ahí estaba su madre con quien había tenido problemas poco antes de todo y con quien ya no me hablaba porque no me dejaba ver a su hijo.
Salí por la puerta decidida a que a mi nadie me hacia sufrir y le dije bien claro que lo dejábamos y que ya no había vuelta atrás. Él se escandalizó y me pidió por favor que volviésemos, pero yo ya sabia que ese diecinueve de marzo era el final de nuestra historia. Me despedí y me subí en la guagua.
Después de haber dado mi vida por una persona que me usaba, después de haber mantenido a una familia humilde que se aprovechaba de nosotros. Tanto que le habíamos hecho y nos usaron.
Aquella tarde lloré como nunca en mi vida y estaba fatal, necesitaba a mi psicóloga. Ella me dio la enhorabuena y me felicitó por haber sido fuerte. Al fin y al cabo, ya era libre y el sufrimiento se acabaría. Empezó entonces la mejor época de mi vida.

La historia de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora