𝟢𝟥 | 𝖳𝖱𝖤𝖲

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Jaemin no había pegado un ojo en toda la noche pensando en la nota. Sí, esa maldita nota color amarilla con una bonita letra y pequeños corazones sobre las íes. ¿Por qué decía algo completamente diferente a lo que Jeno había leído? Lo más probable era que Jeno solo quisiera molestarlo, solo quisiera que se ponga rojo o que se enoje de alguna manera. Era lo más probable, seguro pasaba eso. Pero su mente no podía dejar de volver al tema.

Cuando Beomgyu se levantó para desayunar se dio cuenta de que no había dormido en todo la noche. Y ya no podía hacerlo, tenía que levantarse, desayunar, ir a clase de pociones, luego a hacer un trabajo con Minhye y millones de cosas que no le permitían quedarse en la cama durmiendo y recuperando el sueño que perdió ayer por la noche por la bendita carta.

Se levantó, se vistió con su uniforme y salió camino al gran comedor. Cuando llegó se sentó en la mesa de los Griffyndor para hablar con su compañera y arreglar los detalles para hacer el trabajo. Quedaron en que lo harían luego de las clases en la biblioteca para estar tranquilos y poder concentrarse más.

Le agradaba Minhye, era linda, inteligente, carismática, y muy valiente. Era unos centímetros más bajita que él, y eso era muy importante para Jaemin. Era la prefecta de Griffyndor pero por alguna razón no terminaba de darle toda la confianza.

Luego de desayunar y avisarle Beomgyu que terminadas las clases iría a la biblioteca, fueron juntos a hasta rm salón y decir que prestó atención a su profesor cuarentón que le hablaba de una poción que sabía hacer desde segundo año es una completa mentira.

Los ojitos se le cerraban involuntariamente. Él en serio quería prestar atención... pero... pero...

"Amo cada parte de ti. Tus pequeños ojos que miran curiosos todo a tu al rededor."

—¡No! —Jaemin se sobresaltó y toda la clase se giró a mirarlo.

—Na, ¿Me puede decir por qué no cree que la poción deba mezclarse con pelos de ogro? —le preguntó su profesor.

—Ah, no. Yo... —

—Se lo dejo pasar porque es la primera vez, pero no se duerma más en mi clase.

Todos en el aula rieron y el rubio sintió como el calor subían a sus mejillas. Estaba tan concentrado en apagar el calor en sus mejillas que la mirada de Jeno casi pasa desapercibida. Era una mirada diferente a la de los demás, en serio extrañaba esa mirada. Pero duró sólo unos segundos, ni bien se dio cuenta de que el menor lo miraba cambió su mirada a una llena de arrogancia.

El resto de la clase pasó desapercibida y aunque cada cinco minutos se le escapaba un bostezo, no pensaba quedarse dormido. Así que con todo el esfuerzo del mundo le prestó atención al profesor y decidió ignorar los pequeños vistazos que le echaba un pelinegro.

Al final de la lección, comenzó a juntar sus cosas pero notó que le faltaba una de las pociones que tenía que utilizar para el trabajo. Empezó a sacar todas sus pertenencias de su bolsa pero era definitivo, no estaba.

Era imposible que se lo olvidara, lo revisó antes de ir al Gran Salón. Estaba por llorar de la desesperación cuando vio como Jeno también guardaba sus cosas y dentro de su bolsa estaba claramente el frasco celeste que decía "N.J. 7mo año". Caminó rápidamente hasta el mayor y le arrebató el frasco.

El pelinegro se asombró demasiado, en su cara se notaba que no sabía que hacer.

—Niño, dame eso. —exigió.

—¿Por qué? Es mío. Dice claramente mis iniciales.

Jeno parecía rendido pero su semblante también era pensativo. Finalmente, juntó sus cosas y dijo; —Era una broma, pero eres un aguafiestas, niño.

Protect You [Nomin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora