Capítulo 11

237 27 2
                                    

Había dicho que lo colgaría todo hoy, pero no me da tiempo. Mañana cuelgo el resto, que es hasta el capítulo 20 que concluye la novela. 

--------------------------------------------------------------------------

Pensé en llevarme el periódico, pero al final decidí que no. La cosa se sentía sucia. Era mi imaginación, claro, pero aun así no creía que pudiera caminar ni siquiera algunas cuadras con la fotografía de ese loco en mi mano. Probablemente habría un periódico en El Alley Kat.

Estaba confundido sobre decírselo o no a Louis. Merecía saberlo, pero no había manera de que tomara las noticias bien. Para cuando llegué a El Alley Kat, había decidido que tendría que contárselo, lo descubriría de una u otra manera e imaginaba que sería mejor si lo oía de mí.

Louis había terminado su actuación de esa noche, y estaba detrás de la barra ayudando a Liam cuando llegué. El lugar estaba lleno y me empujé entre la concurrencia para llegar a la barra. Liam me vio y se acercó.

— ¡Hola Harry! —Gritó sobre el ruido de la gente y los gritos en el micrófono de La machine-gun punk—. Seguiste mi consejo, ¿huh?

—Sí, —le grité—, ¿pero cómo lo sabes? ¿Louis te lo dijo?

—No. Pero es un hombre diferente hoy. No era difícil imaginar por qué.

Sonreí. —Eres un hombre inteligente, compañero, para ser barman. ¿Lo sabes?

—Lo sé. ¿Qué te traigo?

—Nada por ahora, sólo necesito a Louis un momento.

—Bien, puedo manejar esto algunos minutos. Solo vas por un rapidín, ¿huh?

—No es eso, idiota. Descubrí algo que necesita saber, y creo que será más fácil para él, si lo oye de mí que en las noticias.

La cara de Liam era muy seria. Se inclinó en la barra hacia mí. —Viste la historia acerca del tipo, ¿huh?

Asentí. —Sí. ¿Louis lo sabe?

—No lo creo. Sé que no ha encendido la televisión desde que está aquí, y yo dejé el periódico debajo de la barra. Imaginé que no se lo tomaría bien cuando se enterara.

—Gracias, hombre.

—No hay problema. —Se giró y le gritó a Louis que estaba al otro lado de la barra y aún no me veía—. ¡Louis! ¡Harry está aquí!

Louis se giró y sus ojos se iluminaron cuando me vio. Movió su boca diciendo ‘hola’ hacia mí, entonces se giró hacia la chica que estaba atendiendo, le dio la botella de cerveza y llevó los cinco dólares que ella le dio a la caja registradora. Traté de no reírme cuando le dio el cambio y ella rozó con los dedos su brazo. La ignoró y se giró hacia mí con una gran sonrisa.

No la culpaba por intentarlo. Sus ajustados jeans y camiseta, mostraban su atlético cuerpo, sus ojos brillaban con la poca iluminación y sus labios rogaban por ser besados. Me preguntaba si notaba que todo el mundo en el bar lo miraba.

— ¡Harry! —Él se inclinó en la barra tomó mi cabello con ambas manos y me besó con gran entusiasmo. Olvidé todo y correspondí el beso.

—Te extrañé, —dijo cuándo se separó para tomar aire.

Acaricié su mejilla y le sonreí. —Yo también.

— ¿Cómo te fue en Marco’s?

—Tranquilo. Creo que todo el mundo está aquí esta noche.

Se rió. —Sí, creo que tienes razón. Este lugar ha estado lleno toda la noche.

Se veía tan feliz, nunca lo había visto de esa forma, ni siquiera cuando cantaba. Parecía que había superado el miedo y la incertidumbre que sentía esta mañana, y odiaba pensar en decirle lo que había sucedido. Por un minuto consideré no decirle nada. Pero en una ciudad como Asheville, ese tipo de crímenes era casi imposible no oírlos, y habría muchas noticias en las siguientes semanas. Él lo descubriría y se preguntaría por qué no se lo había dicho.

La canción olvidada (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora