Capítulo 13: El poder de la Destrucción

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Tal y como decía Bibi, el curso terminó muy pronto, y las vacaciones pasaron veloces sin tregua. Los akumatizados iban y venían, y Ladybug y Chat Noir fueron los que menos descansaron durante el verano. Podían contentarse con haber podido solventar cada akuma sin grandes dificultades, pero no todo estaba saliendo como ellos esperaban. Era la hora de tomar una decisión importante.

—¿Qué tal esta camiseta? —sugirió Marinette.

No puedo llevar eso. ¡Es el primer día de instituto! —exclamó Emma, con la cabeza dentro del armario.

—¿Y un vestido? —dijo esta vez su madre.

¡Nada de vestidos! ¡Me pondré nerviosa si llevo uno!

—Vale, nada de vestidos... ¿Y este jersey?

¡Pica!

Marinette rió por lo bajo mirando enternecida a su hija, que no paraba de rebuscar por todo el dormitorio muy alterada.

—A ver: ¿qué opinas, mamá? —Señaló a la cama, donde había soltado una camiseta a rayas verdes, unos pantalones vaqueros y un gorro amarillo.

—¡Me gusta! —Ella dio dos palmadas—. ¿Es el gorro que te regaló Bibi ayer por tu cumpleaños?

Emma asintió, dándose la vuelta inmediatamente y dedicándole mucha atención a la pared.

—Vas a ir muy guapa. ¡Y todo va a salir genial! Seguro que haces amigos enseguida. —Marinette le agarró los hombros y le sonrió con confianza.

—¿Qué nos hemos perdido? Alguien quería ver hasta el final irremediablemente esa peli. —Adrien entró con Hugo de la manita, que caminaba muy despacio y riendo.

—Emma ya está casi lista para empezar el instituto mañana. —Marinette agitó a la chica, haciendo que ella se quejara entre risas.

—¿Has oído eso, Hugo? ¡Nuestra princesita ya es una chica mayor!

Hugo aplaudió mirando a su hermana, y ella se le acercó para hacerle cosquillas en los costados. Mientras, Marinette miraba a Adrien con complicidad, asintiendo seriamente.

—Emma, papá y yo queremos hablar contigo sobre algo —dijo ella.

Emma miró a sus padres como un gato erizado.

—Os juro que no fui yo la que rompió la taza que estaba en la basura. Me la encontré así.

—¿Qué taza? —preguntó Adrien, sacudiendo la cabeza después y riéndose—. No se trata de ninguna taza rota, bichito.

—Es un tema del que queremos hablarte desde hace un tiempo. Un asunto muy importante —siguió Marinette.

—¿Por qué os ponéis tan serios de repente? Me estáis dando mal rollo —dijo la chica, arrugando la nariz y dando un paso atrás.

Marinette y Adrien se miraron otra vez.

—¿Y si lo dejamos para otro día? —dijo ella.

—Puede que no sea el mejor momento, ¿no? —añadió él.

—¡Un momento! —Emma alzó ambas manos frente a ellos—. ¿De verdad es un asunto tan importante?

—Ah, Marinette... No se lo podemos ocultar más tiempo. Y ya sabes el aprieto en el que estamos... Concretamente, estás. —Adrien se giró a ella y no hizo caso a Emma.

—Lo sé, lo sé, pero ¿y si no se lo toma bien?

—Tendremos que correr con las consecuencias.

🐞 MLB: Descubriendo a mis héroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora