Capítulo 4: Proteger París

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—No sabéis a lo que os enfrentáis, Ladybug y Chat Noir... Yo no soy Hawk Moth. Él fracasó y se rindió, pero yo no lo haré. Yo conseguiré lo que me propongo, ¡y no podréis hacer nada para impedirlo!

—Te equivocas, Améthyste Mite. Hawk Moth no se rindió —dijo Ladybug, alzando la voz con rotundidad.

—Descubrió que hacer daño a la gente jamás era la opción correcta... —siguió Chat Noir, que la miraba con una mirada seria y pesarosa.

—¡Bah! Fue un cobarde. No pudo con vosotros... ¡Pero yo sí que podré!

Améthyste Mite conjuró una detonación inesperada y envió lejos a Chat Noir, que impactó contra el tejado de una casa y desapareció bajo la explosión de tejas. Después señaló hacia la asombrada Emma, dirigiendo a la horda de mariposas corrompidas hacia ella.

¡NO!

Ladybug lanzó su yo-yo y se arrojó hacia Emma, que retrocedía con el pavor en su mirada. La heroína se colocó delante de ella, girando el yo-yo para hacer un campo de protección.

—¡Chat Noir! ¿¡Estás bien!? —preguntó, sin poder girarse a mirar hacia el tejado donde se había estrellado. No obtuvo respuesta.

—Qué fácil... ¡Es demasiado fácil...! Si no hay Ladybug que purifique a mis pequeñas mariposas..., se puede decir que he ganado..., ¿correcto? —dijo con malicia, observando la escena a punto de reír.

Emma estaba aterrada. ¿"Si no había Ladybug"? Llevó la vista hasta la espalda de la superheroína, que no dejaba pasar a ningún akuma. ¿De verdad podía solucionarlo y salvar a la ciudad?

—¿¡Qué me he perdido, mi lady!? —exclamó Chat Noir, llegando hasta allí sacudiendo la cabeza, de la que caía polvo de las tejas y cemento. Utilizó su bastón del mismo modo, deteniendo a las mariposas que se aproximaban por la retaguardia.

—¡Nada! Un par de amenazas inquietantes, ¡pero poca cosa! ¿Sigues de una pieza?

—¡Por supuesto! No estoy tan desentrenado.

—¡Creo que estas maripositas necesitan tomarse un descanso! ¡Lucky Charm!

Emma abrió los ojos como platos cuando vio un cazamariposas caer del cielo en la mano libre de Ladybug. Detuvo su yo-yo y atrapó a todos los akumas con gran agilidad.

—¡Chat!

—¡Marchando, Ladybug! —Chat Noir alzó su mano derecha y exclamó—: ¡Cataclysm!

Ladybug sujetó el cazamariposas con todos los akumas atrapados, y dejó paso a Chat Noir, que metió la garra emanando mala suerte en su interior. Al ser alcanzadas por el poder del héroe, todas cayeron irremediablemente al fondo de la red. Emma se llevó una gran impresión cuando lo vio. ¿Matar a las mariposas? Aquello no era lo que esperaba. Se sintió irremediablemente decepcionada.

—Sujétame esto.

La heroína le pasó el mango de la red a Chat Noir, y Emma continuó observando. Agarró su yo-yo y lo abrió, como había hecho otras tantas veces hacía mucho tiempo.

—Ya no haréis daño a nadie, akumas...

Lanzó el objeto rojo al interior del cazamariposas, y todos los seres sin vida entraron en su artilugio. Después dio un salto y lanzó el yo-yo aquí y allá, su cuerda extendiéndose hasta lugares recónditos de París, y atrapó hasta la última mariposa violeta que quedaba.

—¡Yo os libero del mal y os devuelvo la vida!

Emma no podía ni parpadear, mucho menos cuando Ladybug abrió su yo-yo mágico y de su interior salió una tropa de hermosas mariposas blancas, que danzaron por los cielos e iluminaron París. Ladybug recuperó la red que Chat sostenía y la lanzó al aire.

🐞 MLB: Descubriendo a mis héroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora