Capítulo 5: El secreto continúa

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A Emma la habían dejado volver a casa temprano después de lo acontecido. Corrió allí y abrió la puerta de un tirón. Sus padres la esperaban en el salón con gestos contraídos y la respiración agitada, cada uno disimulando en un extremo del salón.

—¡No os vais a creer lo que ha pasado! —exclamó Emma eufórica.

—¡Lo hemos visto en las noticias! —dijo Adrien primero.

—¡Ha sido cerca de tu escuela, ¿no?! ¿¡Ha ido todo bien!? —respondió Marinette, gritando más de la cuenta.

—¡Ha sido increíble! —Soltó su mochila en el suelo y se plantó frente a los dos—. Primero: apareció una señora terrorífica con los ojos violeta, ¡acompañada de sus mariposas malvadas!, y dijo...: «Una de mis amiguitas puede animarte...» —imitó la voz y también los movimientos de Améthyste Mite con exageración—, y... ¡después!, (¡no os lo vais a creer!) ¡APARECIERON LADYBUG Y CHAT NOIR!

¡NO PUEDE SER! —gritó Marinette, fingiendo que no estaba enterada de ello francamente mal.

—¡Vaya! ¿¡De verdad!? —agregó Adrien.

¡SÍ! ¡Y además me salvaron! Chat Noir apareció de la nada, ¡y me llevó volando hasta lo alto de un edificio! —Se subió al sofá y saltó, posando después como había hecho el superhéroe—. ¡Y Ladybug me protegió de los akumas! —Cogió un metro de costura de Marinette e imitó el yo-yo, girándolo en círculos.

—¿¡Te salvaron!? ¿¡Acaso estabas en peligro!? —La madre se llevó las manos a la cabeza.

—Eh... No... No exactamente. —Emma juntó ambas yemas de sus dedos índice y sonrió remolona—. El caso es que... ¡ha sido alucinante! ¡Son aún más alucinantes en persona! ¡Todavía no me creo que los haya visto!

La niña emitió un chillido emocionado que les atravesó el tímpano a los dos, pero no pudieron evitar sonreír.

—¡Me voy a escribirlo todo en mi diario!

La niña echó a correr, dando saltos alegres en el camino. Marinette resopló agotada y se palmeó las mejillas.

—Esto se me da demasiado mal... —murmuró, peinándose las cejas. Tikki salió de su escondite en su moño y revoloteó entre risas. Plagg salió del bolsillo de Adrien con aire cansado. Los dos kwamis se tumbaron sobre un cojín y se durmieron casi al instante.

—Ha estado cerca... Un minuto más y nos pilla aún transformados —dijo Adrien, secándose una gota de sudor de la frente con el antebrazo—. Parece que no sospecha nada, ¿no?

—No..., pero es cuestión de tiempo que se dé cuenta de algo. Va a ser mucho más difícil ocultarlo si es tan fanática de Ladybug y Chat Noir... ¿Por qué demonios tiene que volver a pasar esto?

—Esa Améthyste no-sé-qué..., ¿de dónde habrá salido? —se preguntó el hombre, mirándola con preocupación.

—No tengo ni idea, pero es peligrosa. ¿Akumatizar a toda la ciudad? ¡Es una locura! Debe de ser muy poderosa, Adrien... Más que...

—Hawk Moth... —la voz de Adrien se apagó levemente. Marinette lo miró con ojos entristecidos, y le puso una mano en el hombro. Él sacudió la cabeza y continuó—: Debemos averiguar qué quiere conseguir, y de dónde ha sacado el miraculous de la mariposa.

—Eso es lo que tiene menos sentido; el broche estaba destruido. ¿Cómo ha podido repararlo?

—Habrá que investigarlo.

—No sé, Adrien... ¿Y si esto me viene grande? No creo que...

—Marinette —Adrien le levantó la cabeza y la miró—, hacía más de 10 años que no te transformabas en Ladybug, y hoy has estado excepcional.

—Tú tampoco has estado nada mal —dijo Marinette sonriéndole.

—Puedes con esto y con lo que sea. Lo arreglaremos, juntos.

Marinette asintió, ahora convencida del todo.

—Juntos —repitió ella.

Se perdieron en los ojos del otro, y justo antes de que pudieran besarse, el teléfono comenzó a sonar ruidosamente. Se rieron y ella descolgó.

¡NO PUEDO CREERLO! —gritaron al otro lado de la línea.

—¿Diga...?

¡MARINETTE, LLEVO ESPERANDO ESTE MOMENTO MÁS DE DIEZ AÑOS!

—Hola, Alya. —Marinette compartió una risilla con Adrien.

LADYBUG HA VUELTO. ¡Y CON CHAT NOIR TAMBIÉN, NI MÁS NI MENOS! —Marinette alcanzó a oír el frenético sonido del teclado de su amiga.

—¿Ya está escribiendo un artículo sobre ello? —preguntó Adrien.

TENGO QUE PONERME EN ACCIÓN YA. ¡ESTA VEZ DESCUBRIRÉ POR FIN QUIÉNES SON!

La pareja tragó saliva costosamente.

—Vamos, Alya... ¡No será más fácil que la primera vez! —Marinette rió nerviosa, con una sonrisa temblona—. ¡A-a-además!, es peligroso involucrarse. ¿Y si acabas poniéndote en peligro?

¡CORRERÉ EL RIESGO! —Se oyó un clic violento y más tecleo—. ESTOY REACTIVANDO EL LADYBLOG. SI TE ENTERAS DE CUALQUIER COSA, ¡ENVÍAMELO POR EMAIL!

Y sin decir nada más, colgó el teléfono de golpe.

—Genial. Ahora, además de salvar a la ciudad, pararle los pies a esa villana, cuidar de los niños y trabajar... —Pestañeó varias veces—..., también tendremos que andarnos con ojo con Alya y sus investigaciones.

—¡La situación se pone peliaguda! —Adrien soltó una carcajada angustiada.

—¡Mamá! —Emma se asomó por la escalera con el pelo recogido en dos coletas y una camiseta roja—. ¿Tenemos algún antifaz, por casualidad? ¡Uno rojo!

Marinette sonrió enternecida, olvidando las preocupaciones de golpe.

—No, pero ¡te haré uno ahora mismo!


🐞 MLB: Descubriendo a mis héroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora