Capítulo 2: Vuelta a la acción

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—Son increíbles... —Emma pasaba las fotografías a lo largo de la galería de su teléfono, contemplando maravillada a sus nuevos ídolos.

—Y seguramente también viejos —dijo Olivia, apareciendo detrás de Emma y masticando ruidosamente sus galletas—. ¿Por qué tanto interés con esos superhéroes superantiguos, Agreste Dupain-Cheng?

—¡No son viejos! —Emma puso los ojos en blanco, acostumbrada a los comentarios de ese calibre por parte de Olivia. No es que se llevara mal con ella, pero no había conseguido encontrar nada que tuvieran en común—. Y tampoco superantiguos. Para ti hasta la televisión es antigua.

—Soy una persona que se adapta a las novedades —dijo Olivia, encogiéndose de hombros y comiéndose su última galleta—. Mis padres ni se acuerdan de si llegaron a conocer a esa "Ladybug" y "Chat... como-se-llame".

—Chat Noir. Su nombre es Chat Noir —apuntó Emma con tono ligeramente irritado.

Emma ya había presentado su trabajo sobre los superhéroes de París en clase hacía un par de días, y ya le habían dicho algo parecido casi todos sus compañeros; nadie se acordaba de Ladybug y Chat Noir. No cabía en sí de enojo por ello.

La chica estaba en el último año antes de entrar a la secundaria, aunque no era bastante aplicada en los estudios. Solía fantasear mirando por la ventana, y los temarios de exámenes se le echaban encima todo el tiempo. Aquel también parecía que sería un miércoles corriente, con más deberes que hacer y más lecciones que aprender. Eso parecía. Emma miraba por la ventana, con los ojos verdes fijos en las ramas de un árbol que se mecían con el viento. Toda la poca atención que no prestaba a las vistas, fue absorbida por una mujer con máscara plateada y traje morado, rodeada de una bandada de mariposas blancas, que caminaba por la calle atemorizando a todos alrededor. Emma creyó estar en casa, viendo un episodio de alguna serie. Lo concebía aquel escenario como algo lógico.

—Emma, deja de mirar por la ventana y presta atención a la...

—Hala, ¡qué pasada!

—¿Quién es?

—Mira allí. ¿Qué hace?

El profesor Kante vio interrumpida su llamada de atención, y decidió dirigir la mirada hacia lo que todos sus alumnos miraban. Quedó atónito ante aquel extraño suceso. Tuvo una sensación de regresión; ya había vivido algo parecido una vez, hacía mucho tiempo.


[...]


—¿Cómo va todo, Alya? —Marinette agarraba con un brazo a su pequeño Hugo, y con el otro atendía a la videollamada en su tableta.

Ya sabes, noticias que cubrir... Reportajes que montar... Lo de siempre —respondió la mujer, tecleando en el ordenador mientras echaba vistazo rápidos a la cámara de su móvil—. ¿Vosotros qué tal? ¿Cómo están los granujillas?

Están los tres bien —dijo con mofa Marinette, limpiándole la boca a su hijo y soltándolo en el suelo para dejarlo jugar libre—. Ah, adivina quién ha descubierto algo llamado 'Ladyblog'.

¿¡Mi Ladyblog!? No puede ser, ¡casi lo había olvidado! ¿Quién? No me digas que ha sido el pequeño Hugo.

Emma. El otro día lo encontró, y ahora es la mayor fan de Ladybug y Chat Noir gracias a ti.

—¡No me digas! Pero eso no puede ser, ¡tiene que competir contra Chloé por el primer puesto! —Soltó una potente risotada —. Me alegra oírlo, Emma tiene muy buen gus... Ups. Marinette, tengo que dejarte. Hablamos en otro momento, mi jefe acaba de llegar.

🐞 MLB: Descubriendo a mis héroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora