Epílogo

773 93 30
                                    

La vida se había vuelto tan bella, tan tranquila. Me sentía bien conmigo misma, aunque aun me costaba lidiar con algunos de mis pensamientos y mis emociones sentía que finalmente tenía algo de paz en mi ser.

El restaurante que compartía con Lucas era un existo, él por fin podía mandarle dinero a sus padres y también ha podido empezar a estudiar la universidad, mientras tanta me gusta aprender a cocinar y a gestionar el negocio que he hecho con el dinero que mis padres habían dejado. Nayeon y Lucas se conocieron cuando volví a buscarla para saber cómo estaba, ellos están a punto de casarse, por alguna razón siempre creí que ella y Taeyong harían buena pareja.

Hablando de Taeyong, se graduó de la universidad y ahora da clases de baile, nunca me imaginé que sería tan bueno bailando, Tae se ha vuelto mi persona favorita, ambos decidimos dejar de fumar y en lugar de eso preferimos ver series larguísimas. Una vez fuimos a acampar junto con Nayeon y Lucas, nos dormimos juntos en la casa de acampar, recuerdo el silencio tan sereno y los insectos haciendo música sin igual, hacia algo de frío y me acerque a él, después de mirarnos fijamente por unos segundos se acercó a mí para darme un beso en los labios, nuestros labios se tocaron suave y cariñosamente. Unos meses más tarde me volví su novia, él era la persona en la que más confíaba, me sentía tan amada y protegida por él, era suficiente con una mirada suya para saber lo que pensaba, era mi mejor amigo y mi novio.

Algo que comencé a necesitar con el paso del tiempo fue buscar a mis padres, necesitaba tanto sentirme en paz con esa parte tan importante en mi vida, ellos eran las mismas personas, pero ya no importaba lo que dijeran pues había decidido poner límites a lo que aceptaba como verdadero de lo que ellos decían sobre mi, no aceptaba sus críticas hechas a base de prejuicios, no éramos cercanos no éramos lejanos y eso me gustaba, me gustaba no sentirme atada a ellos y a sus creencias solo por qué si, a veces los visitaba,no esperaba nada de ellos por qué sabía que la manera en que quería que mis padres me amarán no era algo que fuera a suceder y lo aceptaba, aunque dolía podía aceptar que ellos me amaban de una manera distante.

Todo iba bien. La vida parecía tan llena de maravillas. Estaba feliz.





Hasta qué una tarde entró por la puerta del restaurante aquel chico alto del que me había enamorado por primera vez, con sus ojos afilados y sus mejillas ligeramente rosadas, su cabello caía en un flequillo por su frente. Su mirada sobre mi me hizo estremecer , era como si el suelo se moviera con cada paso que él daba, podía escuchar los latidos de mi corazón detrás de mis oídos, todos los recuerdos que tuvimos juntos se revolvieron en mi cabeza. Por un momento crei que nunca se hubia ido, parecía que mis sentimientos por él siguian intactos.

Tutor // Johnny Seo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora