𝒯𝓊𝓉ℴ𝓇. 𝓙𝓸𝓱𝓷𝓷𝔂 𝓢𝓮𝓸.
Ella es tan inteligente y tan linda, pero ella no lo sabe. No sabe que tiene potencial para grandes cosas. Si, se queda dormida en clases perdiendo todos los apuntes, si, ha reprobado muchas materias, pero es INTELIGE...
Entre intentando no hacer ningún ruido, todo estaba tranquilo solo se escuchaban las voces de Johnny y de mi mamá. Caminé lentamente en dirección a mi cuarto, hoy si me sentía triste.
"Que bueno que ya estés aquí. Ven a comer." Mi madre habló , no volteé a verla, tenía pena de que me viera tan débil.
"No tengo hambre." Susurré
"¿Cómo no vas a tener hambre si siempre te la pasas comiendo?" Una vez más las lágrimas amenazaron por salir. Ignoré su pregunta, no entiendo cuál es el afán de la gente por lastimar, mi madre acababa de humillarme enfrente de mi tutor, me metí a mi cuarto, me miré al espejo.
De verdad doy asco.
Es por eso que ningún chico se me acerca, por que no soy bonita, por que estoy gorda. Saqué mi teléfono del bolsillo. Quería mandarle mensaje a alguno de mis amigos del Internet, pero yo no quería que nadie supiera que yo tenía problemas, quería seguir siendo la persona perfecta que pretendo ser siempre. Dos golpes en mi puerta hicieron que apagara el teléfono, no hablé. No quería abrir la puerta.
"¿Puedo pasar?" La voz de Johnny fue suave. Volví a verme al espejo, necesitaba lavarme el rostro. No dije nada otra vez. Me tire boca abajo en mi cama. Escuche como la perilla de la puerta era girada. "Hey..." me rehusaba a verlo a los ojos. "¿De verdad no vas a querer nada de comer? Hoy tenemos mucho que hacer." Me quede callada. "¿Estás bien?" Cerró la puerta y se sentó en el borde de la cama. "Puedes decirme lo que quieras"
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Lo que quiero es que te vayas, tan sólo quiero que la tierra me trague, quiero desaparecer.
"No pasa nada, estoy bien. Sólo estoy un poco cansada." Dije en un susurro. Me levanté de mi cama dispuesta a ir al baño para lavarme la cara, el me miró a los ojos con algo de lástima
