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Miré detenidamente la mancha de sangre que tenía mi suéter y mi brazo estaba manchado de sangre. La herida me ardía y por alguna razón, amaba la sensación de dolor palpitante en mi muñeca. De algún modo aquella cortada había logrado sacar de mi cuerpo tanta ansiedad. Me desvestí y me bañé, esa noche pude dormir, cerrando mis ojos y dejándome llevar por mi débil respiración, sentía todas las extremidades de mi cuerpo cosquillear hasta perder la conciencia. Desperté con la alarma del teléfono a todo volumen, agarré mi móvil y lo apagué.

Decidí no ir a la escuela, a nadie le haría daño la falta de mi presencia en ese lugar. Bebí dos vasos de agua justo después de pensar en las consecuencias de mi inasistencia, seguramente muchos trabajos y cosas por el estilo.  Volví a la cama, no tenía ganas de hacer nada, ni siquiera de pensar y mucho menos existir. Dormir me mantenía fuera de la mierda que es el mundo, podía dejar de sentir y pensar por mi cuenta, amo dormir, amo desaparecer entre mis cobijas, en mis sueños.

Esta vez no fue mi teléfono el que me había hecho despertar, unos golpes, seguidos del timbre, suspire mientras me sentaba en mi cama, me estiré y tallé mis ojos. Que bien dormí hoy.

"¿que haces aquí?" murmuré con los ojos entrecerrados.

"Traje comida" observó mi pijama "Pequeña perezosa" después de deshacerse de sus zapatos se aseguro de dejarme mas despeinada con su mano libre. 

"¿y Taeyong?" pregunte al notar que él venia solo, no me dijo nada simplemente se encogió en hombros y camino a la cocina.

"ramen picante." dijo emocionado sacando los paquetes de la bolsa de super que llevaba desde que entró, me encantó la sonrisa que paso por sus labios, me hizo sonreír. Este hombre es tan precioso, ver su espalda desde atrás me había llenado el cuerpo de unas ganas inmensas por abrazarlo así como estaba. No me quedé con las ganas, arrastrando mis pies me acerque a su alargado cuerpo, en silencio y con delicadeza rodeé su espalda con mis brazos y ahí , a la altura en la que mi cabeza quedaba, la recargué contra su espalda, su reacción solo fue soltar una risita tan linda, volteó para poder poner su mano en mi nuca suavemente, acercándome a su pecho, la dimensión y amplitud de sus hombros, me hacían sentir protegida, bajo resguardo. Su calor corporal se convino con el mio, me sentí como una nena.

"me acabo de levantar " dije soltando una pequeña risa boba. Ese era el efecto de Johnny en mi, él sabe como arreglárselas para estupidificada, desde acabar con mis dudas como si fueran cualquier cosa hasta imaginarme una vida entera con el.

"No me digas. No me dí cuenta de tu pijama rosita. " dijo sarcásticamente, wow estaba burlándose de mi, él es tan dulce. Solté una fuerte carcajada y me senté en la barra de la cocina, moviendo mis piernas, ya que éstas caían de la mesa sin tocar el suelo.

"Hazme de comer, Johnny." aquel chico entonces me miró con algo de seriedad.

"¿Y tu crees que soy tu esclavo o que?" sus manos se posaron en su cintura, aparentando estar indignado. Un pensamiento pasó por mi mente. Esclavo sexual. No pude evitar morir de la risa por mis pensamientos. "Ahora soy tu bufón. " rodó los ojos.

"Eres demasiado lindo." dije, se acercó lentamente hasta quedar frente a mi.

Me sonrió, en ese momento suspiré, no me importaba más que conocer su  espíritu a profundidad. ¿Qué ocultaran esos preciosos ojos tan brillantes y llamativos? Desearía poder conservar este momento para toda la eternidad. Sus manos en mi cadera y sus labios en los míos, su aliento y el mío uniéndose como dos brisas tan dulces y cálidas, mis dedos en su cuello y subiendo hasta su cabello tan suave. Mi corazón latía con calma, estaba segura que con él estaría todo bien.

 Mi corazón latía con calma, estaba segura que con él estaría todo bien

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Tutor // Johnny Seo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora