Tutor // Johnny Seo

26

Escuela. Mi lugar favorito.

Si claro, si fuera tan popular como Seulgi seguro si amaría estar dentro de este horrible lugar, teniendo a quien yo quiera cuando yo quiera a mi disposición.Podría ser una diosa, con una cintura perfectamente fina y una piernas bien formadas, si bueno ese tipo de vida no estaba destinada para alguien tan loser  y asqueroso como yo.

Esta vez llegué al colegio en compañía de Taeyong, ambos habíamos salido de mi casa y caminado todas las calles para finalizar el curso sentándonos en nuestros pupitres.

"Creo que me voy a alejar de todo." murmuró con algo de tristeza. "Cada día que pasa le encuentro menos sentido a la vida." me quedé viendo mi mochila mientras sacaba mi lapicero.

Alejarse de todo. Suena tentador.

"me siento igual." apreté los labios y miré sus ojos. "Estar aquí, y mirar el tiempo pasar me parece tan vació." No me refería solo al simple hecho de estar en clases y escuchar la voz del profesor, todo sin encontrarle propósito a esta. Me refería a toda mi existencia misma, no voy a ser triunfadora, no tengo sueños, honestamente no se a donde voy a llegar, me pregunto la razón por la que existo, posiblemente todo sería mejor si yo no hubiera existido desde un principio, me pregunto si muerta podre ser suficiente para los demás. Tal vez así mis padres valoren un poco mi existir. "Quiero morir " murmuré en el momento justo en el que el profesor entró al aula.

A la hora del receso, Taeyong me abrazó, muchos se nos quedaron viendo mientras caminaban por los pasillos. Y me dijo "No quiero que mueras. Actualmente eres alguien a quien aprecio. Me dolería mucho perderte" Me apretó contra su cuerpo y después me soltó. 

Eres un gran amigo.

Mi madre me llamó esa tarde y me dijo que volverían en una semana, le dije que todo estaba fantástico por aquí y seguí con mi día.

Estaba sola, una vez más. En el silencio de mi cuarto, con las cortinas cerradas para no dejar pasar los rayos del sol. Johnny y Taeyong estarían juntos en un departamento de ahora en adelante. Era extraño estar sentada en mi cama y preguntarme si mis padres me querían, no sentía mucho al respecto, solo vació y tristeza. Las palabras de Taeyong de aquella mañana me habían dejado pensando, pero no era capaz de sentirme feliz, por que creo que fue lindo decir que me aprecia, pero siento que no soy de mucha ayuda, él me ayuda más a mi estando conmigo.

No había comida en mi estómago, no había una forma en como destruirme. Necesitaba recordar lo que era sentir, quería sentir algo. Mis manos se dirigieron a la falda del uniforme escolar, las yemas de mis dedos subieron por toda la longitud de mis piernas y sin saber porqué comencé a rascarme con todas las fuerzas que mis uñas contenían.

No puedo sentirlo. Mis uñas no dejan de enterrarse salvajemente en la piel de mis piernas. A pesar de que me esfuerce, no siento. No me duele. No me arde. Me levanté de mi cama y con tranquilidad acomodé mi falda, caminé  a la cocina con un solo pensamiento en mi cabeza.

En ese momento los segundos dejaron de ahorcarme y le preguntas del futuro dejaron de acorralarme, mi corazón latió mientras abría lentamente el cajón de los cubiertos, era el momento. Era el momento de dejar que mis pensamientos y mis sentimientos dejarán de invadir mi ser. Contemplé el filo del cuchillo con tanto anhelo, sentí mi cuerpo cosquillear. No había ningún sensación en mi cuerpo hasta que posicioné el cuchillo en mi muñeca, estaba frío, en ese momento suspiré. Todo terminaría pronto. Empecé a deslizar el filo sobre la piel de mi muñeca.