100: Final

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A veces te atacan ganas de pausar la vida, queriendo evitar que todo avance hacia su inminente final.

Porque sí, todo termina.

— El final no es lo importante, lo importante es el camino — hablaba Tsukishima en frente de los alumnos que iban a graduarse —. Durante estos cinco años cursando aprendí muchísimas cosas, y no solo para los exámenes finales, sino para la vida en general. Aprendí a estudiar en conjunto, a divertirme, a escuchar, y no podría haberlo hecho sin mis compañeros, mis colegas.

Una lágrima amenazó por salir de los ojos de Kuro, su corazón rebotaba en su pecho mientras tomaba con cariño las manos de Bokuto y Akaashi a sus lados.

— Quiero agradecer a todos los que me ayudaron a llegar hasta aquí, a mis profesores, ayudantes de cátedra, a mis amigos, mis compañeros, y a mis personas especiales, porque no habría podido lograrlo sin ellos. Este día quedará grabado en mí memoria por siempre. Muchas gracias.

Un ensordecedor aplauso colmo el gran estadio, los tres mayores se pusieron de pie al final del discurso de su rubio, el orgullo era demasiado grande para no notarlo.

Cuando el acto finalizó Tsukishima apenas saludo a sus padres y hermano, su verdadera familia lo esperaba unos metros más atrás, y después de las cordialidades corrió hacia ellos.

— ¡Nuestro Tsukki precioso! — lo abrazo Bokuto, Akaashi y Kuro se sumaron de inmediato.

— Oyeron que los mencioné verdad, me temblaban las manos — murmuró en el medio el rubio.

— Lo oímos Kei, muchas gracias — apenas dijo Keiji dándole un besito en la cabeza.

— ¿Y ahora qué? ¿Irás a beber con tus amigos? — dijo Kuro intentando arreglar su cabello.

— No, lo haremos el fin de semana porque mañana muchos trabajan, quiero volver a casa.

— Lo que el licenciado ordene — bromeo Bokuto.

Los cuatro salieron juntos, saludando a las personas que se les acercaban e ignorando a quienes los miraban con curiosidad. Habían aprendido eso hacia tiempo.

Apenas llegaron al auto dejaron que Tsukki elija la música, después de todo era su día especial.

— Quisiera estar así por siempre — dijo de repente Akaashi sorprendiendo a todos.

— ¿A qué te refieres lindo?

— A estár así, los cuatro juntos, sonriendo y siendo quienes somos, sin molestar a nadie y sin que nadie nos moleste.

— Lo estaremos amorcito, no tienes porque preocuparte — pronunció el peligris.

Nadie hablo el resto del viaje, solo escucharon la música tranquilos mientras viajaban por el típico tránsito de Tokio. Una vez en casa Kuro y Bokuto alzaron a Tsukki en sus brazos para llevarlo hasta la casa donde le tenían una sorpresa preparada.

— Cierra los ojos hasta que te digamos Tsukki.

— Ok, tengo miedo.

— Ya puedes abrirlos.

Frente a el rubio había un gran pastel de tiranosaurio y al lado un equipo y un gran libro de paleontología, sus tres novios sonreían detrás de la mesa.

— Nuestro pequeño fue el último en graduarse y tenía que ser especial, está es nuestra forma de decir que estamos muy orgullosos de ti.

Tsukishima no pudo evitar que las lágrimas brotarán y calleran a borbotones, amaba demasiado a esos tres, tanto que no le cabía en el pecho.

— Chicos esto es demasiado, muchas gracias — corrió hacia ellos —. Los amo, los amo mucho, muchísimo, nunca me dejen.

— No lo haremos peque.

— Nunca.

— Jamás jamás de los jamases.

Un final es un nuevo comienzo, pero el miedo a que ese comienzo no valga la pena nos roe por dentro. Tsukishima sabía que de ahí en adelante las cosas cambiarían, probablemente tendría que moverse mucho de ahora en adelante, pero valdría la pena si al final del día volvía a casa con sus tres chicos. Valdría la pena enterrarse en el pecho de Kuro para dormir una siesta, subir al regazo de Bokuto mientras estudiaba su trabajo, o esperar largas horas de la noche a tomar un café acurrucado junto Akaashi.

Estaba dispuesto a enfrentar ese nuevo comienzo porque ellos estaban a su lado, no tenía miedo a lo que podría pasar, porque nada podría ser tan malo si podían abrazarse al final del día.

A veces te atacan las ganas de pausar la vida, pero eso no se puede, así que toca terminar esa serie, ese libro, ese diario. Avanzar es para valientes, y ellos cuatro no le temian a nada.

Fin


Está historia comenzó en el muy lejano 2018, tenía tanto miedo a terminarla que no seguí escribiendo por dos años, pero el resultado de hoy me ha dejado satisfecha a un punto que no creí poder estar. Espero que a cada uno de ustedes les haya valido la pena este pequeño desvarío de mí cabeza, que lo hayan disfrutado como yo.

Se vale llorar no se preocupen, yo lo hice.

Por si necesitan un poquito más de estos cuatro (y perdonen el spam) ya está subido a mí perfil un one shot llamado "Entre flores y algodón de azúcar" que espero que disfruten.

Así, después de cuatro años y largo digo adios a este libro, a este pedacito mío, pero a ustedes les digo hasta pronto, espero seguir leyendolos en alguna otra historia alguna vez.

Gracias por llegar hasta aquí, les quiero muchísimo a cada unx de ustedes.

Atte, aguz

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2021 ⏰

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