20) Especial Nekos 1

1.8K 147 21
                                    

Tetsurō había sido adoptado hacia solo un par de días, Bokuto creyó que un gato ya era suficiente.

Sin embargo cuando Tsukki llegó a casa con ese hermoso felino bicolor de ojos verdes cual oliva, más tarde llamado Keiji (El peligris le puso ese nombre como un juego de palabras con el nombre de su novio) el mayor se enamoró de verdad de los gatos como especie.

Volvamos atrás...

Bokuto y Tsukishima llevaban saliendo desde hacía tres años, así que, como la pareja formal y normal que eran, decidieron que adoptarían una mascota juntos. Les llevó meses ponerse de acuerdo, Bokuto era una persona de perros, quería un Pastor Belga o un Manto Negro, un perro de raza grande y que tuviera el pelaje oscuro. Kei sin embargo no era una persona a la que le atrajeran los animales, había aceptado solo por su novio, pero no podía complacerlo ciegamente.

-No podemos tener un animal tan grande Kotaro, vivimos en un departamento, o es que no te has dado cuenta. Además, ni tu ni yo tendremos el suficiente tiempo para sacarlo a pasear, sabes lo importante que es para un perro de ese tamaño el ejercicio- los ojos del búho fueron perdiendo el brillo ante cada palabra, el rubio paro en seco, se secó el sudor del cuello y soltó un suspiro-. Un perro más pequeño sería mejor, pero esos necesitan mucha atención... - Bravo Tsukishima eres taaaan alentador.

-Quiero tener una mascota, será como nuestro primer bebé- dijo Kotaro triste.

-Podemos tener un gato- intento Tsukishima.

El peligris lo miro, la idea de un gato no era mala, eran peludos, se podía jugar con ellos y eran mimosos. Si no podía tener su perro, un gato negro y gordo sería suficiente.

-Está bien- dijo el búho soltando una suave risa-. Mañana iremos al refugio a buscar un gato.

Kei suspiro tranquilo, abrazo a su novio y le plantó un beso en los labios, amaba a ese hombre, pero aveces de verdad lo sacaba de quicio.

Al otro día ambos fueron al refugio de animales más cercano, el mayor saltaba, literalmente, de la emoción. Cuando entraron, una señora los guió hacia las jaulas de los gatos, Tsukishima los miraba de lejos, él había ido solamente a acompañar a su novio a elegir el "primer bebé".

-Keeeeeiiii- dijo de repente frente a una jaula roja-. Quiero este.

El rubio se acercó hacia la jaula, dentro de esta había un gato grande, de pelaje negro y grandes ojos avellanas, era bonito, así que no tuvo problemas en aceptarlo.

La señora saco al gran gato de su jaula y se lo entregó a Bokuto, el mayor lo abrazo y empezó a acariciar su suave pelaje, dándole mimitos detrás de las orejas que hicieron al felino ronronear.

Tsukishima se encargó de comprar la comida, la arena y la caja sanitaria que el animal necesitaría. Al llegar a el departamento el peligris bajo al animal para que paseara por su nuevo hogar. El gato se estiró un poco y fue directo a acostarse en el sofá.

-Quizás sea verdad eso de que todas las mascotas se parecen a sus dueño- comentó con malicia Kei.

Kotaro lo miro a los ojos para después sacarle la lengua, el rubio solo se abalanzó sobre el mayor para plantarle un beso.

-Se que no es lo que esperabas, pero, ¿Te gusta nuestro primer bebé? - dijo el rubio escondiendo su sonrojo en el cuello del mayor.

-Claro que me gusta Kei- dijo el mayor levantando el mentón de su novio para que lo mirara- ¿Qué nombre le ponemos?

-Me gusta Kuro- dijo el menor viendo al gato, el cual estaba incodamente extendido en el sofa-. Le pega bastante.

-Sería como Kuroshima, me encanta esa isla- dijo Hokuto sonriendo.

Así era él, le gustaba buscarle significado a todo, incluso a las cosas más pequeñas.

...

Los días con el animal se habían vuelto muy divertidos, aunque Kuro pasaba la mayor parte del día durmiendo, comiendo o encima de Tsukishima, por las noches se convertía en un gran cazador, jugaba con Bokuto hasta quedar completamente exaustos. El felino se había convertido en el centro de atención, tanto de sus amos como de las personas que los solían visitar.

Sin embargo, tan solo un par de días después de adoptar al gato, Tsukishima apareció en la puerta del departamento con un pequeño gato negro y blanco en sus brazos. Había sido un día muy lluvioso, el gatito estaba mojado y temblaba de frío, Kei lo había encontrado en la puerta de su universidad a la salida, así que decidió llevarlo a casa.

Bokuto, aunque al principio se enfado con el rubio por llevar un animal a la casa sin preguntarle, decidió que el gato bicolor debería llamarse Keiji, y fue él quien se encargó de mantener al gatito calentito y darle comida especial.

Por suerte Kuro se acostumbro rápido a su compañero, tanto así que compartían la cama que sus dueños habían hecho con abrigos viejos. Aunque para ser sinceros, los gatos solían dormir más con sus amos que en esa cama.

Sí, su vida se había convertido en una vida llena de ronroneos y maullidos, y todo habría sido genial si se quedaba en eso, una vida de pareja con dos gatos.

Pero al parecer la normalidad no estaba en la agenda de su vida.

Un día que la pareja había salido a ver a un amigo en otra ciudad se desató el caos.

Así que cuando el rubio y el peligris volvieron se sorprendieron al encontrar a dos hombres jóvenes, desnudos, con orejas y colas de gatos, frente a su puerta, los cuales les saltaron encima apenas entraron.

Tal fue el susto, que Tsukishima golpeo en la cara al más alto, que era moreno y tenía el pelo desordenado, para luego llamar a las autoridades.

-¡¡No lo hagas, soy yo, Kuro!!

El otro chico se había lanzado sobre Bokuto y se mantenía en su regazo murmurando que él era Keiji.

Luego de que todo el hipe pasará, los dos dueños se dieron cuenta que, efectivamente, esos dos chicos eran sus gatos, ambos llevaban todavia sus collares, los cuales les quedaban como gargantillas

Sin duda tenían mucho que explicar...

///////////////////////

Me extendi un poco con este especial, upsi ᕕ( ՞ ᗜ ՞ )ᕗ

Headcones BokuAkaKuroTsukki                               Donde viven las historias. Descúbrelo ahora