...
Facundo.
¿Adivina quién te escribe esta noche con apenas la luz suficiente proviniendo de esa lámpara tuya que dejaste botada en nuestra casa, esa lámpara que compraste en el mercado de las pulgas? ¿Adivina quién no ha abandonado este sillón desde la última carta? ¿Adivina quién te escribe día y noche, pero no se atreve a enviarte todas sus cartas, por miedo a que no respondas? ¿Adivina quién está escuchando about a girl de Nirvana, tu canción favorita, mientras las estrellas bailan en el cielo y el sillón ha dejado de oler a ti?
¿Has adivinado ya quien soy o debo darte más pistas? ¿Debo acaso decirte que soy la persona que más te ama en este mundo? ¿Debo nombrarte que fui o soy el amor de tu vida? ¿Debo entonces decirte que soy la única persona con la que te has escapado por la ventana de tu habitación para correr calles arriba a volar cometas en la noche? Deberías saberlo ya, deberías saber que soy yo, Facundo Sarmiento, quien te escribe.
Pero, por si no te ha quedado claro, entonces te contaré una serie de secretos que solo tú y yo sabemos.
Secreto 1. Fuimos nosotros quienes dejamos que el pájaro cantor de tu abuela se escapara. Pensamos que volvería, que si lo soltábamos él regresaría. Sin embargo, cuando lo liberamos, estaba tan cansado del encierro, de esa jaulita tan pequeña, que voló lejos, de todo y todos.
Secreto 2. Fuimos nosotros quienes le pegamos un chicle a tu hermana en el cabello, justo en la raíz, para que tuviera que cortárselo. Aunque lo negamos y tu hermana nos odió, fuimos nosotros quienes lo hicimos. ¿Cómo íbamos a pensar que le iban a rapar toda la cabeza? ¿Cómo se nos iba a ocurrir que los niños la molestarían por meses? Por cierto, lo siento Ana.
Secreto 3. Fuimos nosotros quienes le echamos alcohol al refresco en la fiesta de cumpleaños de Nina. No fue Fernando, como le hicimos pensar a los demás, fuimos nosotros.
Secreto 4. Fuimos nosotros quienes les arrancaron las cabezas a las muñecas de juguete de tu hermana Ana. Bueno, esto no es del todo un secreto, porque tu hermana encontró mi escondite en el fondo del armario, donde guardaba las cabezas decapitadas. Un mes después, le había arrancado los frenos a tu bicicleta y ambos terminamos chocando con ese viejo contenedor de basura que a pesar de los años sigue estando ahí mismo, al final de la colina.
Secreto 5. Fuimos nosotros quienes lanzaron una piedra a la ventana de la casa de Bryan Toro, ese chiquillo que le decía a tu hermana que parecía un niño con la cabeza rapada. ¡Qué mala suerte tuvimos! No era su ventana, era la de sus padres y terminamos corriendo como desquiciados colina arriba para que no nos atraparan.
Secreto 6. Fuimos nosotros quienes robamos dinero de la billetera de mi padre, para comprar cigarros. No nos gustaron la primera vez, por cierto. Nos parecían asquerosos, hablamos toda la tarde después de eso, de cómo nos dejaban el sabor de haber quemado algo en nuestra boca. Al final, los botamos a la basura y decidimos seguir fumando trozos de papel, como cuando éramos más pequeños.
Secreto 7. Fuimos nosotros quienes llamaron a la policía por exceso de ruido, durante una de las fiestas de Mariana Ortiz. En nuestra defensa, ella molestaba a tu hermana y solo nos invitaba a sus fiestas porque éramos parte del equipo de baloncesto. ¡No la soportaba!
¿Son estos todos los secretos que quieres que diga o deseas más?
La pregunta correcta seria: ¿qué deseas de mí?, ¿qué es lo que quieres?
Creo que logro imaginar lo que deseas que haga, creo que logro entender que tan solo deseas que sea sincero contigo. ¿Estoy en lo correcto? Pero, ¿en que deseas que sea sincero? ¿Quieres más secretos? ¿quieres más buenos momentos? ¿quieres que te confiese mi amor?
¿Qué es lo que quieres, Joaquín Ríos?
Dímelo, por favor.
Dime, ¿qué es lo que deseas?
No puedo dormir, no puedo ni siquiera escribir correctamente, pensando en que es lo que deseas que haga. Si tan solo contestaras mis llamadas, si tan solo me dejaras oír tu voz, si tan solo respondieras mis cartas. Pero, ¡No lo haces! Y se me va la vida, se me van las ganas de vivir, de seguir intentándolo, porque no logro hallar que es lo que deseas que te diga para que puedas volver junto a mí.
Lo único que deseo es que vuelvas junto a mí, que estés a mi lado.
Siempre tuyo, Facundo.
🦋🦋🦋
Me encantan estas cartas y los secretos que tienen ambos. Una de las cosas que más amo de esta novela, es como ellos se conocen, cuantas cosas comparten y como se apoderan de mis letras y le dan sentido a esta historia, con sus sentimientos buenos y malos, con sus contrariedades, con sus dolores y aun mas, con sus recuerdos.
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Los prejuicios de Facundo | Serie Épicos I
RomanceDOS CHICOS AMÁNDOSE. Cuando dos personas se aman, se forman poesías. Cuando dos músicos, amigos, casi hermanos, se aman, se forman melodías. Cuando esas dos personas comparten recuerdos, felicidades, tristezas: todo, incluso la vida, se forman ca...