...
Facundo.
¿Recuerdas el día en que me preguntaste porque acudí a las drogas? ¿Recuerdas que me dijiste que no podía hacerme daño solo por saciar un sentimiento? ¿Recuerdas lo que te contesté? Te dije que no me entendías, porque así era, porque tú no sabías ni de cerca por lo que estaba pasando. Pero ahora, con tantos años de por medio, debo confesarte que te mentí y que esa fue la segunda mentira que te dije en toda mi vida y se sintió casi como si me mintiera a mismo, como si te traicionara.
Yo que era un adolescente acostumbrado a mentirle a todos, a mirar a los ojos a mi padre y decirle mentiras, casi no pude pronunciarte aquellas palabras sin sentir que te estaba traicionando, que traicionaba esa extraña relación que teníamos ambos, en la que yo te amaba y tu... ¡¿Qué sentías tú en ese momento?! Supongo que me querías, pero no como yo lo deseaba, sino como un amigo.
Me he comprometido con estas cartas a que sepas todo de mí, me he comprometido a ser más sincero contigo que lo que he sido con nadie, jamás. Por ello, te cuento esto, por ello te confieso quien soy, porque he descubierto que quizás eso sea lo que tu deseas con todo tu corazón.
¿Quieres saber cuál era mi mentira? ¿Quieres que exponga mi alma ante ti? ¿Es eso lo que deseas?
Pues lo hare, con gusto lo haré.
Esa noche te dije que no me entendías, te alejé de mi vida y te supliqué que te fueras, cuando en el fondo lo único que deseaba era que me abrazaras y que me dijeras que todo estaba bien. ¿Qué me estaba pasando? Tú me estabas pasando, me pasabas por un lado y mi corazón me latía enloquecido, me susurrabas algo al oído y los vellos se me erizaban y de repente, entendía que así se sentía estar atraído hacia alguien. Pero, yo no estaba atraído hacia alguien común, estaba atraído hacia a ti, como Narciso deseaba el sol con la intensidad con la que se desean las cosas más puras en la vida. Pero, estaba mal, mi mariposa perdida, estaba mal sentirme así por alguien que era como mi hermano, que mi corazón latiera así por mi mejor amigo, estaba mal, porque era impuro.
Sé que, si no vuelves, sé que, si te vas y me sacas de tu vida, sucumbiré a mis peores dolores, porque ya pasó una vez y casi me muero al perderte.
No sé qué fue de mí en la adolescencia, fue como si un día me despertara y algo me faltara y ese algo eras tú. Estabas a punto de graduarte, tan cerca de irte y dejarme, y aunque eso no fuera cierto, yo lo sentía así, casi como si te arrancaran de mi ser. Mi hermano una noche me dijo que saldrías con una chica, entonces enloquecí y te perseguí esa noche.
He ahí el problema, el comienzo, el embrollo.
Quizás sino te hubiera seguido no hubiera terminado como lo hice, eso me lo he preguntado muchas veces, aun mas cuando el vicio se trastornó y me empezó a controlar y mi amado padre, tan comprensivo, me llevó a un centro de locos adictos. Pero no nos apresuremos, tengo toda la noche para escribir, para decirte como me sentí.
ESTÁS LEYENDO
Los prejuicios de Facundo | Serie Épicos I
RomansaDOS CHICOS AMÁNDOSE. Cuando dos personas se aman, se forman poesías. Cuando dos músicos, amigos, casi hermanos, se aman, se forman melodías. Cuando esas dos personas comparten recuerdos, felicidades, tristezas: todo, incluso la vida, se forman ca...