- Realidad -

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- ¿Que es esto? - Ryoken pestañeo algo confundido.

Está en su casa, específicamente en la sala de su departamento. Los mismos muebles, lámparas y alfombra, sus muros blancos y la ligera capa de polvo que ha olvidado limpiar. Pero algo en ese lugar es distinto, como si no fuera su casa. ¡Claro! Se fue a dormir hace unos minutos, quizás sea una proyección astral involuntaria.

- Ryoken - escucho de repente. Parada cerca del sillón más grande, está la figura de su madre. Hermosa usando un vestido amarillo pastel que ciñe suavemente su cuerpo maduro. Le sonríe con amable expresión y lo invita a estar cerca de ella con un movimiento de muñeca.

Pero el adolescente no la reconoce.

Sabe que le sonríe pero no ve su rostro. El tono de voz es idéntico pero extraño, como si fuera un eco lejano. No siente peligro, ella no busca dañarlo pero ¿Que pretende en usar el rostro de su madre?

- tranquilo, no te haremos daño - retrocedió un poco cuando paso junto a el, una figura familiar que hace años no ve. Su cuerpo alto y fornido, acompañado de una barba de candado cerrada, cabello cambiando lentamente por tonos grises, su ropa es clásica en camisa tipo polo azul oscuro y mezclilla. Su padre, Kiyoshi Kogami.

- ¿Quien eres? - tal como paso con su madre, no lo reconoce. Su rostro y voz son idénticos pero no son ellos.
- tranquilo Ryoken. Ya nos hemos visto antes - la mirada del "padre" es infinitamente tierna. Le produce un cálido sentimiento en su corazón.
- ¿Antes? -
- así es, más reciente que nunca debo aclarar. -
- no te asustes pequeño - la mujer se acercó a él y le toma de sus hombros, sus facciones son tan suaves y voz amable.

- no son mis padres pero... -
- calma, una figura familiar facilita la comunicación. Lo último que quisiera es hacerte daño- continuo la mujer guiandolo despacio hacia el mayor.
- has hecho un buen trabajo. Has crecido Ryoken en todo aspecto. - la voz masculina es reconfortante, ligera y burbujeante. Lo relaja tanto.
- pero hay algo que aún nos falta hacer -

Inconscientemente se toca el pecho, algo temeroso. Baja la mirada, eludiendo a quienes lo miran expectantes.

- yo... No sé si deba... - siente en sus hombros un par de manos más grandes. La figura masculina se acercó a él con solemne movimiento, el ambiente continúa siendo cálido, luminoso, tal como ese sueño dónde estaba en el lago con Samuel.

- calma Ryoken. Continuaré estando a tu lado, recibiendo cada palabra tuya, cada pesar y pecado que tengas en tu ser. - acaricio su cabeza con dulce expresión.

- los recibiré todos y continuaré amándote tal como lo hice cuando llegaste a este mundo - tan paternal.

Sus ojos de brillante estrella comenzaron a humedecerse. Lentamente se volvieron lágrimas densas, bajando por sus mejillas que no lucho en retener o limpiar. apretó su ropa contra su mano mientras deja su llanto salir.

...

Al día siguiente, el sol está saliendo del horizonte. Es refrescante, ideal para abrir la ventana y disfrutar la brisa gentil del amanecer junto con su gentil Luz.

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