- Pináculo nocturno -

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Advertencia: no apto para sensibles.


- entonces quieres una gaseosa nada más. - se puso los zapatos más cómodos para ir a la tienda de 24/7 horas que está a pocos metros de su casa.

- si por favor. -
- voy llendo. No tardó en volver - sonrió cariñosa, dando un beso en los labios contrarios.
- ve con cuidado. Te amo - regreso el beso tiernamente. La joven esposa salió tomando su bolso y cerrando la puerta detrás de si.

Todo eso observado por el silencioso angel del amor. Su expresión es pasiva, casi inexpresiva. Vio como el esposo joven seguía mirando la puerta en completo silencio para darse la vuelta en sus talones e ir a la sala travesando sin saber del ángel de ojos claros. Samuel toca el hombro del moreno, intentando alcanzarlo pero es en vano.

Su corazon ya no lo escucha.

Así que solo observa en silencio sus movimientos rápidos con una expresión neutral, soñadora podría decirse. La gracia con la mueve sus dedos contra el celular y lo deja de lado para ajustar los últimos detalles, creyéndose solo, se dió la libertad de sonreír sin sentirlo. sin saber que posee audiencia que está muy lejos de disfrutar la vista en primera fila en esa hogareña sala.

Sus ojos dejan caer lágrimas, mismas que reflejan la soga tensarse en un seco golpe. Samuel observa como la cuerda de cáñamo sostiene rudamente su carga, crujiendo con dureza, no tuvo suerte. Incluso en los últimos minutos tenía que ser traumático.

Un movimiento más brusco hubiera Sido más compasivo.

Sus oídos se llenan de jadeos mezclados con rupturas musculares, chapoteo de líquidos. la poco misericordiosa decisión daba una vista dolorosa para Samuel que no paraba de llorar en silencio junto con sus terribles consecuencias: llora por qué en el fondo, aún quería seguir viendo la luz del sol, llora por todas las lágrimas que jamás se permitio derramar, llora pidiendo misericordia a su padre celestial cuando llegara el momento del juicio.

Sufre junto con el, sabe su pasado. los horrores que carga que jamás se dió la libertad de llorar para liberar su alma.

Porque los hombres jamás lloran pero el no lo es, se volvió un paria. Y los parias siempre lloran.

Lo conoce desde niño, sabe de su padre ausente, su madre abandonica y sus multiples parejas. Sabe lo que sus ojos vieron desde la tierna infancia, sus hermanas derramar su primera sangre sin consentimiento pero eso no basto, también el lo vivió. Tocando partes que ni ellos mismos sabían, sintiendo cicatrices que nunca imaginaron tener.

Aún si su progenitora supiera, siguió paseando con mil hombres en su domicilio, sintiéndose culpable por sentirse aliviado cuando ella se iba lejos con uno ellos aún si sabía que volvería pronto con un nuevo hermano en sus brazos.
Su único pilar que fue su abuela que la perdió cuando más la necesito.

Lucho fuertemente por sus hermanas aún si una de ellas murió enferma, lucho para sobrevivir, lucho defendiendo a su madre aún si sabía que era verdad todo lo que decían. Peleó para tener una vida feliz a veces usando indeseables ayudas de cualquier presentación pero su ser seguía perdiéndose en la oscuridad.

Samuel intento con todo para ayudarlo, confortado su alma, dándole oportunidades de encontrar un poco de felicidad como su dulce esposa y una abuela que adoro.

pero con tanto dolor...

Los minutos que fueron una eternidad para el joven de 25 años frente a el terminaron en un quieto balanceo y pequeñas gotitas rojas salir de su nariz manchar la madera del suelo.

- disfrutando de la vista - escucho detrás de si. Con el brillo inusual de la irá en sus ojos giro detrás de si para ver la figura burlona y fina de quién fue un ángel hermoso en el cielo.

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