•Un nuevo hombre.

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Capitulo 4

La mente es quien crea el panorama, pues los ojos son las puertas al exterior y traza caminos que el quiere seguir para poder hacer lo que el desea.

Camino entre la oscuridad en su mente el ya sabia lo que seguía de acuerdo a su plan, permanecía sereno y muy tranquilo, con las manos en los bolsillos, silbando siempre, en su rostro no había mas que felicidad se había liberado de aquel sufrimiento que estuvo viviendo por años ya nada parecía preocuparle.

Había caminando por horas, hasta que se dio que no llegaba a ninguna parte, alrededor solo calles vacías y oscuras, se sentó en la banquetilla de la calle con su bolsa de ropa,miro al cielo y dijo:

-He estado caminando por horas me pregunto si ya habran encontrando el cuerpo de esos estupidos que risa!...

Cuando se dió cuenta estaba a las afueras de un pequeño hospital y en la puerta un letrero "Se solicitan médicos, enfermeros y cuidadores".

Pensó que sería buena idea y cambio su plan mental.

—Buenas noches, Me llamo Adán Solmer, soy enfermero me gustaría saber ¿si puedo ocupar algunas de las vacantes?.-Dijo con un tono amable y convincente.

—Buenas noches, soy Andrés, como vera este es un hospital de bajo ingreso, para gente de la calle y lo que hacemos aquí, es ayudar a quien lo necesita, el sueldo no es mucho pero me serviría de mucho si se quedará de rescidente en el hospital.-Menciono el hombre tras el mostrador.

—¡Claro que me encantaría quedarme !, ¡A mí se me da muy bien ayudar a las personas sin hogar!soy muy atento y carismático.-Dijo sarcásticamente, sin dejar de mirar a los ojos al hombre.-Sabe mis papás murieron estoy solo en el mundo, y ayudar me haría muy feliz, no importa si no hay pago alguno con servir me doy por bien pagado.

—¡Me da gusto Adán ! Gente buena como tú ya no hay!.

—¡Claro que no la hay !.-Dijo dibujando una sonrisa sardonica.

—¡Pues vamos te enseño tu habitación y ¡bienvenido!

Caminaron hasta el interior del sanatorio lugrubre y con un tono gris que en lugar de ayudar a curar pareciera que los ayudan a deprimirse, con los colores tan fríos y negros.

En los pasillos habían camillas, pacientes con unas sábanas que antes eran blancas y hoy son grises,los pacientes luchaban por su vida conectados a tanques de oxígeno, catéter en mano y con una sonrisa llena de esperanza era lo que iluminaba ese sombrío pasillo.

—" Vaya que me voy a divertir aquí"- dijo entre sonrisas mirando de uno en uno a los pacientes lentamente caminaba hasta llegar al lugar que sería su habitación.

-Llegamos.-Dijo el hombre del mostrador.-Te dejo solo para que puedas acomodar tus pertenencias.

Adán miro al rededor y habían libros de medicina básica, el cual para su suerte le servirá en ese hospital.

Ya en la penumbra de la habitación, se acostó en la cama y dijo así mismo;

—¡Que imbécil!, ¡No soy ni enfermero ni mucho menos me interesa ayudar a estos miserables!, Me quedaré aquí a divertirme un rato.
Al fin de cuentas yo los voy a ayudar a reunirse con Dios.-Dijo muy sonriente.

Paso la noche estudiando el curso, buscando en diversos libros y haciendo pruebas en sus venas, aprendía rápido y eso le ayudo para sobrevivir en un hospital.

Paso la noche aprendiendo los cursos de enfermería básicos, se hacía pequeños cortes, introducía agujas en sus venas para perfeccionar la técnicas básicas, estaba decidido a hacer lo que " su nuevo yo" este dispuesto a afrontar.

A la mañana siguiente tomo un baño y se colocó su ropa de enfermería, copió bien todos los gestos de la personas que ahí le rodeaban, practicando en el espejo como debía comportarse, ademanes elegantes, practicó su tono de voz y sonrisa, pues hacía mucho tiempo que no interactúaba con personas mayores.

Usaba un moño negro encima de su traje de enfermero, y había aprendido a manipular el entorno, la soledad fue su mayor maestra.

Alguien toca la puerta al día siguiente:

—¡Adán buenos días!.- dijo la persona tras la puerta.-Ya es hora de empezar tu turno en el hospital ya espera.

-¡Buen día! Y usted ¿Quien es? .-Dijo Adán asombrado pero intentaba disimular.

-Soy Eduardo, seré tu compañero también soy enfermero, me da gusto ver gente nueva.

Llegaron hasta la puerta de un cuarto donde habían muchas camillas, y los pacientes estaban muy desanimados, alzó la mirada a un letrero que decía sala de pacientes quemados.

Se paró enfrente y dijo:

—¡Hola a todos mis amigos yo soy Adan Solmer! ¡Esos ánimos no deben estar tan negros !.–Exclamo con alegría.

—¡Adan ! No hagas chistes ellos no están para eso.–Dijo Eduardo seriamente.

—¡Un poco de humor del bueno, sin duda los alegra.!.–dijo apartándose del el .–¡Yo les ayudaré a hacer mejores! Pues los ánimos no deben caer!, Están conmigo, pues "yo soy el enfermero sonrisas".

Dijo muy seguro de si mismo, algo en mente había estaba tramando, quizá era una prueba que necesitaba para encajar en la sociedad.

Pero en su mente ya analizaba como quitar de enmedio a gente que según el ya no valen la pena.

Es como dar un respiro a quien ya no quiere pertenecer a la vida y él solo les ayudaría a atravesar tan lugrubre viaje.



La Transfiguración de Adán SolmerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora