•El regreso

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Capitulo 9.

Hoy la muerte contempló en mi  a alguien quien ya no reconoce ni a propia mente .

Adán estaba de rodillas en el suelo, pero se puso de pie como si nunca el dolor hubiera existido, como si nada le hubiera pasado minutos antes .

—¡Mirame bien!, has de contemplar alguien que no has visto jamás, alguien que duerme en este cuerpo y que ahora sabrás de lo que soy capaz.–Dijo Adán caminado con la mirada vacía, con los hombros caídos y el frío semblante de su rostro, a dónde estaba el ayudante parado sin poder creer que estaba sucediendo.

—¡Adán tranquilo! ¿Que te sucede ?.–Gritaba el muchacho asustado retrocediendo sin dar la espalda a aquel hombre feroz.

Adán se abalanzó encima del ayudante, mordiendo su cara y arrancando pedazos de ella y joven gritaba pero sus gritos eran en vano.

—Arrancaste mi niñez con el miedo y el dolor y convertiste mi vida en el mismo  infierno, ¡no creo tu llanto! !y hoy he vuelto solo por ti mamá !

Gritando esto Adán le arrancaba el rostro al desdichado hombre, quien con las uñas se defendía, arañando el rostro de Adán, pero a él no le importaba, estaba sediento de la rica venganza y de la sangre que fluye , con ambas manos le abrió la boca con fuerza le arrancó la lengua, y la miraba entre risas y un ataque de risas lo tomo de repente, mientras reía a carcajadas el joven se desangraba lentamente murmurando ruidos grotescos.

—¡Ah esos murmullos!, ¡me gustan!
¿ Que dices ?, ¡ No me interrumpas !
¿Acaso no vez como tu lengua danza entre mis dedos? Me hace cosquillas.

Se sentó a un lado del joven agonizante, y mirando su lengua le dijo:

—A veces el miedo me quiebra el cuerpo, cuando eso pasa nada es igual cuando vuelvo, es algo que no puedo controlar, está en mí, me gusta amo asesinar, tan bella la muerte y en la  forma en que vivimos con un solo toque estamos muertos, se que pronto morirás, gracias por hacerme feliz, veo el miedo en tu mirar y es lo que yo sentí, cuando salga de aquí nada ya me ha de asustar, dejaré que el demonio que en mi habita salga, se divierta y pase lo que pase no regresaré.

Se puso de pie y se dirigía a la habitación donde dormían los enfermos y se asomó por la ventana y miro como todos dormían sin pensar el infierno que vendría.


Katy lo miro, y tapada con la sabana pretendía esconderse.

Adán solo la miro la saludo y le enseño la lengua y la sacudía y en su rostro se dibujaba una sonrisa y en su rostro de Katy el horror se enmarcaba .

En la vida la felicidad es diversa, no hay matices de felicidad va y vine es algo efímero, el horror en cambió nos marca y nos transforma.

La Transfiguración de Adán SolmerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora