•Liberar el alma.

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Capitulo 3.


La liberación del alma, es llevarla al límite, pues solo poniendo a prueba los grandes desafíos ganaremos virtudes de las cuales no sabíamos que éramos capaces.

Después de provocar el horror en su casa,  al celebrar su fallido cumpleaños.

Vio a su madre en el suelo pidiendo clemencia pero Adan ya no podía parar lo que había comenzado, tomo la pequeña navaja la cual estaba sin caliente con la sangre de su tío la miro con unos ojos llenos de dolor, una mirada vacía.

—No sabes cuánto tiempo espere para ser esto que soy ahora, pues tú misma me creaste, me dejaste solo ahora madre no hay vuelta atrás.–Le dijo mientras se acercaba lentamente a su madre.

Apretando los dientes y empuñando la navaja se abalanza lentamente hasta su víctima, ella retrocedía, con lágrimas en los ojos pedía clemencia pero sus súplicas está vez Dios no las escuchará.

—¡Esto es tu culpa!.–Expreso con una voz fuerte e imponente.

Levanto del cuello a su madre y le introdujo la navaja en su boca, acariciando con la navaja su lengua,
Adan le decía con una voz entre cortada y ella sujetaba sus manos pero todo esfuerzo era inevitable.

Sacando la navaja de su boca y la deslizó suavemente, abriendo la suave piel de su garganta, era un corte en línea horizontal, la piel se abría dejando entre ver sus rojizos pliegues calientes seguidos del fluido goteante sanguíneo.

Siguió abriendo hasta romper la caja toraxica de su madre y ahí se detuvo la navaja no podía seguir abriendo camino hacia el sublime desmembramiento.

Saco la navaja la soplo cuál pistola humeante, lamió sabor metálico de la sangre materna y dijo en voz alta:

—Eso y más te mereces por déjarme solo, rechazarme y cuando te pedí ayuda jamás me la diste abusaste de mi, nunca estuviste para mí, nunca hiciste nada por mi y para mí.

Adán se acostó al lado de su madre quien a pesar de estar sangrando seguía con vida, miraba de reojo a su hijo a su lado tratando de mover los dedos lentamente para tocarlo.

—¡Sabes mamá!.–Dijo apoyándose entre su pecho entre abierto.–Jamas entendí tu forma de pensar y ver la vida, o si me quisiste, eso no lo sé ....
Siempre estuviste ausente, cuando tenía miedo y te buscaba y no estabas... Tu relación con tu hermano, son cosas que no entendí mamá, pero ahora soy diferente.–Le dijo mientras se ponía de rodillas ante el cuerpo de su madre que poco a poco quedaba inerte.

Tomo la sangre del cuerpo, se lavo el rostro con ello y grito :

<<Nadie jamás me dejara solo, nadie jamás se burlara de mi, mataré a quien de mi se burló, nadie jamás me lo prometo a mi mismo que la valentía en mí y mi nuevo comienzo será para mí algo fantástico, pues yo soy Adan Solmer.<<

Subió corriendo a su habitación, tomo su ropa armó unas maletas, puso en su cuarto algo digno de escuchar después de  asesinar, Used to love her, de Guns N' Roses, tomo una ducha se vistió de jeans negros, camisa negra con unas botas cafés,  escribió la siguiente nota:

«Ni se molesten en buscar culpables pues estos dos seres eran hermanos y amantes, pues yo solo hice lo que cualquier persona razonable haría y que ustedes cómo sociedad no se atreven.«

Lo dejo sobre el cuerpo de su madre,
y silbando salió de su casa sin mirar atrás.

Caminaba por las calles de su barrio sin dinero y sin rumbo solo su celular y sus audífonos a todo volumen, ya nada más importa solo un nuevo camino para descubrir nuevas aptitudes según la mente Solmer.

Se miraba contento, tranquilo y muy feliz como jamás se había sentido por fin estaba en paz.


La Transfiguración de Adán SolmerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora