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◻️

-Sabes como funciona esto.

La voz de Jungkook resonó en toda la habitación alumbrada con luz morada. Aquello había sido idea de Taehyung, "para ambientar la habitación" fue lo que dijo cuando vio las luces let olvidadas en un rincón de la casa de Jeon.

Las manos de Taehyung estaban atadas en cada extremo de la cama, y sus piernas totalmente abiertas gracias a una especie de barra metálica llamada smspade, provocando que cada vez que se moviera esto se extendiera más abriéndolo más de piernas.

-Sí...- respondió con un jadeo. Sus pupilas completamente dilatadas y el sudor corriendo por su frente y la sed tan repentina que secó su garganta.

-Colores y significado.

-Verde: estoy bien, amarillo: puedo soportarlo y rojo: no puedo más.

-Bien.- sonrió de lado observando como ese lindo castaño estaba sobre la cama de sábanas blancas, luciendo tan obediente y caliente al mismo tiempo. Solo Kim Taehyung podía expresar ambas cosas.

Con parsimonia se acercó a la cama notando como el pecho de su acompañante subía y bajaba cada vez más. Y esa bata blanca de baño completamente abierta dejando ver todo su precioso cuerpo.

Sin poder aguantar otro segundo, se colocó con cuidado sobre el chico escuchando sus jadeos más de cerca y movimientos debajo de su cuerpo. Taehyung se movió y la barra de metal sonó abriéndose más y un quejido repentino saliendo de esos labios tan deliciosos. Jungkook beso su cuello varias veces con lentitud y luego pasó su lengua caliente, torturandolo hasta un nivel inimaginable, hasta el punto de que Kim le rogara y chillara por un poco más de su atención. Su mano derecha fue directo al cuello del mayor haciéndolo jadear y Jeon dejando un beso corto sobre sus labios. La tensión de ambos cuerpos necesitados siendo cada vez más palpable en aquel ambiente tan abrumador y tortuoso.

-Eres tan bonito...- susurró cerca de su oído-. ¿Lo sabías?

Taehyung no respondió, demasiado concentrado en cada movimiento que Jungkook hacía. Su mente daba vueltas y todo su cuerpo estaba ardiendo como si estuviera en el mismísimo infierno, aunque no estaba muy lejos de el con Jungkook torturandolo de esa manera.

-Chupa.- ordenó colocando su dedo pulgar dentro de la boca del chico, y este haciéndolo de inmediato dejó rastros de saliva sobre el dedo ajeno para luego sentir como esa mano bajaba dentro de sus cuerpos y ese dedo era metido en su punto mágico.

-Dios...- atrapó su labio inferior entre sus dientes obligándose a callar y ahorrándose un castigo por desobedecer a su amo.

-¿Te permití hablar?- preguntó el azabache. Hundió el dedo con fuerza y el cuerpo del castaño se estremeció debajo del suyo de forma fantástica, efímera.

Los minutos pasaban y para Taehyung parecían horas, horas donde su cuerpo era torturado de una forma malditamente deliciosa. Supo que estaba bien dilatado cuando aquel dedo abandonó su interior haciéndolo sentir vacío por unos segundos. Sus párpados estaban caídos y aquella luz morada no era de mucha ayuda, por lo que solo pudo escuchar como un paquete era rasgado y luego la tapa de una botellita era abierta. Pudo identificar que era el condon y el lubricante, sabiendo de inmediato que la acción estaba a punto de comenzar.

-Calladito ¿mmm? Sabes cuales son las consecuencias.- advirtió con esa voz ronca y grave. Se posicionó entre aquellas piernas largas y perfectas, seguido de una embestida que hizo rechinar la cama y la garganta de Taehyung dolió al tragarse aquel gemido que quería salir a gritos.

Jeon se movió formando un vaivén increíble con sus caderas, su mano fue directo a ese cuello que lo volvía tan loco y su mente voló. Voló a ese lugar donde solo existían Kim Taehyung y Jeon Jungkook, los gemidos ahogados del castaño siendo música para sus oídos, y el sudor corriendo por su espalda causándole una sensación de cosquielleo. La barra de metal volvió a sonar y Tae soltó otro quejido cuando sus piernas estuvieron muchísimo más abiertas, pero todo fue olvidado de inmediato cuando Jeon tocó ese botón tan especial en su interior, las esquinas de sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas y su cuerpo a disposición a todo lo que Jungkook quisiera hacerle, estaba tan concentrado en ese movimiento dentro de él y de alcanzar su placer que nada más importaba, la mano en su cuello apretandose cada vez más y sus pulmones quedándose sin aire provocandole una sensación magnífica en el pecho.

SEX ACTOR | JJK&KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora