Capítulo 20: Libertad

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El hombre se acercó rápidamente a nosotros junto a otra mujer, la mujer mantenía una sonrisa de oreja a oreja viendo a Jaren — Esta muchacha es astuta para convencer — diría Jorge viendo a Camile de reojo, esta carcajeó por el comentario, Jaren observo por encima del hombro de Jorge viendo como Ron y Antonio partían junto a la reina Kantiana, Gal y la reina Vanessa.

— Jaren, no te preocupes, ellos estarán bien — Camile tomaría la palabra — Vamos a salvar a Melina y a este pueblo, Jorge está decidido a enfrentar a su padre — Lo miramos asombrado, este tenía un semblante serio mientras asentía.

— Puede que sea mi padre pero es un malnacido y debemos cambiar el destino de Lorey ¡Vamos! —

Al llegar cerca de la tribuna, vimos que el rey estaba ahí junto a la princesa Francheska, mas al fondo vi a Louisa coqueteándole a un centinela a su lado estaba Violette junto otro centinela, Benjamín veía lo mismo que yo, así que tuve que detenerlo. Jaren y Camile rieron ante su reacción.

— ¿Y cuál es el plan? — preguntaría Jorge viendo hacia la tribuna —

— Bueno, llegar a él y matarlo antes de que ejecute a Melina — Diría Benjamín viendo hacia Louisa.

— Debemos mezclarnos entre la multitud y subir a la tribuna para luego... — Jaren seguiría hablando, pero Jorge no se lo permitiría

— Su amiga, creo que ya está en la tribuna — Diría Jorge señalando a la tribuna, le estaban poniendo la soga en el cuello y un centinela empezaba a hablar, decidimos movilizarnos rápidamente sin mezclarnos entre la multitud, queríamos detener aquella bazofia, los aldeanos veían aquello con miedo, la algarabía aumentaba, aparentemente no querían que se llevase la ejecución.

— ¿Algunas palabras antes de morir, Melina? — Preguntaría el centinela que estaba a su lado, Melina asintió.

— ¡Mi amado pueblo de Lorey! — los aldeanos habían hecho total silencio para escuchar las palabras de Melina — este es mi más puro acto de amor a ustedes, a la libertad que se acerca, porque el día de mañana el sol brillara para todos ustedes no duden de ello — Melina enmudeció por un segundo — mi padre me acuso de traición por estar en contra de su tiranía como todos aquellos que han muerto por esta soga, si soy una traidora por querer el bien de mi pueblo, que mi cuerpo muera ahora, pero antes de mi cuerpo yaciere en aquel suelo quiero decirles... — Melina levantó la mirada —  ¡Luchen! ¡Luchen por su libertad! ¡Luchen para que futuras generaciones no tengan que pasar por esto! ¡Ser sometidos! ¡Vivir con miedo al mañana! ¡Vivan plenamente! ¡No sigan viviendo bajo la tiranía de mi...!

— ¡Acaben con ella y sus sandeces! ¡Llena con sus ideales corruptos a mi pueblo! ¡Siléncienla! —Dijo el rey, más que decidido — 

— ¡No sigan viviendo bajo el yugo de mi padre! ¡Busquen la libertad! ¡Luchen por aquello que es suyo por derecho! ¡Un nuevo Lorey ha de nacer! ¡Y ustedes serán los pilares para ese amanecer glorioso que les espera el día venidero! ¡No olviden este día! ¡Mi amado pueblo! ¡Y luchen hasta el último de sus días! — Dijo Melina, firme, sus palabras habían llegado a su pueblo, que simplemente había quedado en silencio, hasta que, de un momento a otro, varios pobladores comenzaron a aplaudir, con fuerza, y muchos reventaron en vítores, Gerónimo los observó, perplejo, aquel pueblo que él había dominado y había adoctrinado, estaba aplaudiendo a su hija, sin duda alguna, Melina lo había logrado, su voz había sido escuchada por todo Lorey.

—¡No olviden este día! — Una sonrisa se dibujó en el rostro de la chica, mientras lágrimas corrían por sus ojos — ¡Busquen la libertad!

— ¡Mátenla! — Vocifero el rey desde su asiento levantándose, a lo que su centinela asintió acercándose a la palanca.

— ¡Padre, tu momento ha llegado! — Grito Melina segundo antes de que la palanca fuese movida cayendo en el vacío, muriendo segundos después, pero su muerte fue clara, Lorey, había quedado en silencio, pues la princesa había caído.

En Otra Vida - Provincia de AscankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora