#Twenty

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Este capítulo es el último de la cuenta regresiva que he venido poniendo al final de cada capítulo. Disfruten.

El teléfono de Emma suena en medio de toda la música reproducida por el estéreo, alguien la está llamando; La más pequeña de los Frost se extraña al ver que es Anna, con quien nunca tuvo contacto más allá de un par de bromas y jugarretas amables.

—¿Hola?— dice cuando acepta la llamada.

—¡Emma!— Anna se oye exaltada, con un afán de locomotora que alerta inmediatamente loa sentidos de Emma.

—Anna, ¿Qué pas...?

—¡Elsa va a tener una cita con Aster!— Anna deja caer la noticia como una bomba, un sonido seco se oye del otro lado de la línea, pero supone que es Anna cerrando la puerta de su cuarto para tener mayor privacidad.

—¿Qué?

—¡Sí! No sé qué habrá pasado, pero ha dicho que Jack ya no vale la pena y ahora está arreglándose para ir con Aster.

El lado de Emma queda en silencio, mientras ella medita, Elsa podía no ser su mejor amiga, pero la conocía, ella nunca diría algo así sólo porque sí. Emma se temió lo peor.

—¿Hola? ¡Emma, tenemos que hacer algo!

—Voy a hablar con mi hermano, tengo que colgar.— con la misma prisa con la que pronunció sus palabras, Emma abandona la llamada y sale disparada al pasillo, donde se desvía a la derecha y entra en la habitación de invitados con un golpe y un traspié, sin miedo a irrespetar la privacidad de su primo.

Vacía, la habitación estaba vacía y con restos de la fragancia perfumada de Aster.

Abajo, escucha movimiento, y avanza a pies ligeros hasta quedar arrodillada frente al barandal de las escaleras que le daba un indicio de la sala y la puerta principal. Tras las barras, Emma sólo ve la espalda de Aster abandonando la casa junto con el tintineo de las llaves del auto de Jack.

Emma contuvo la indignación, era un descarado.

Pero realiza que ahora el tiempo es oro, por lo que sacude sus rodillas, aunque la alfombra esté perfectamente limpia, y corre sin miramientos hasta la habitación de su hermano, a la que vuelve a ingresar sin molestarse en tocar.

—¡Jack!— el mencionado estaba sobre su cama, leyendo uno de esos tantos clásicos que a Emma se le hacían difíciles de comprender; supuso que era tarea de la universidad, porque tenía la laptop abierta frente a él, junto un cuadernillo de desordenadas anotaciones.

Los ojos azules de su hermano mayor, la miran expectantes.

—¿Qué pasa?

—¡Arriba!— toma el brazo de su hermano y tira de él hasta ponerlo de pie, dejando el libro obsoleto sobre las colchas de la cama. —¡Tienes que irte ya!

—¿A dónde?— con el cuerpo flexible a las manipulaciones de Emma, Jack sigue sin comprender de lo que habla.

—A buscar a Elsa, Jack.— por primera vez, Emma está frente a él con una mirada severa similar a la que su madre tenía cuando les contó que se divorciaría de su padre. —Aster le ha pedido una cita, y ella aceptó, ¡Jack, tienes que hacer algo!

La expresión de Jack, que hasta el momento estaba serena, perdio su brillo, zafándose del agarre débil de Emma, se sentó en la cama.

—¿Jack?

—En ese caso, ya no puedo hacer nada, Em.— dice con voz apagada, carente de entusiasmo. —Elsa está en todo su derecho y Aster también... soy yo el idiota que no puede identificar sus emociones y se dio cuenta muy tarde.

#TeQuiero (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora