Capitulo 12

954 86 2
                                    

-Puedes abrir Katniss, soy yo -anunció Peeta.
La puerta se abrió inmediatamente para dejar paso a una colérica Katniss.
-Quitate de mi camino -dijo con furia-. Ya que no has tenido el detalle de informarme sobre el estado de Sae, bajare a comprobarlo por mí misma.
-No te moverás de aquí hasta que yo te lo diga.
-Ni lo sueñes. Estoy en mi casa y no tengo que darte explicaciones -se encaró ella, mirándole desafiante.

Peeta inspiró intentando serenarse, y comprendiendo la preocupación por su nana, suavizó el gesto.
-Sae se encuentra bien, y ahora descansa tranquila. Siento no haber informado antes, pero no he podido hacerlo antes Kat. Estaba hablando con la policía y recogiendo indicios que puedan facilitarnos la identidad de los asaltantes.

Katniss se apaciguó por la explicación y, sobre todo, ante el cambio de actitud de él y su desconcertante ternura. ¡Dios, cómo le había echado de menos! Comprendió que, de no alejarse de su lado, se arrojaría en sus brazos dando rienda suelta a todo el afecto que Peeta le inspiraba.
-Bien, entonces iré a verla -avisó apartando la mirada de aquellos hipnotizadores ojos azules.
-La policía está tomando huellas y revisando todo, así que lo mejor es permanecer aquí. Además, tengo que hablar contigo.¿Podemos sentarnos? -preguntó Peeta mientras tomaba una silla.

Katniss lo miró mientras se sentaba. La mueca de dolor que observó en su rostro, unido al gesto de llevarse la mano al costado, revelaban que Peeta estaba herido. Fue hacia él rápidamente con preocupación.
-¿Estás herido?
La preocupación en la voz hizo hizo que el corazón de Peeta se inundara de amor.
-Sólo unos cuantos golpes. Curarán pronto -respondió quitándole importancia.
-Tienes que ir al hospital. Puedes tener alguna hemorragia interna -insistió ella preocupada.
Peeta negó con la cabeza, mirándola con cierta diversión.
-Estoy habituado a este tipo de altercados y sé reconocer la gravedad de las heridas. Ahora, siéntate por favor. Necesitamos hablar de lo ocurrido -la instó con amabilidad.

Ella obedeció y se sentó en la cama.
Miró a Peeta y la expresión que vio en sus ojos la hizo estremecer. Pensó que estaba mucho más atractivo de lo que ella recordaba.
Pensó en lo mucho que añoró su presencia en los días anteriores. Se sintió tan mal tras su marcha, que se dedicó a rumiar su tristeza por todo el jardín. Era una necia, lo sabia. Ese hombre no mostró ningún interés por ella, pero cuando lo vio entrar en la habitación y lanzarse sobre su agresor, su corazón dio un grito de alegría y, por un momento, llegó a pensar que ella le interesaba y había vuelto para decírselo. Después comprendió que la razón de que se encontrara allí se debía a que su padre lo había mantenido en su puesto sin comunicárselo y él estaba cumpliendo simplemente con su deber.

-Katniss, debes contarme todo lo que recuerdes de esta noche -pidió Peeta con voz serena, inclinándose un poco hacia ella y cogiéndole una mano entre las suyas para infundirle ánimos.
Katniss asintió con la cabeza.
-Anoche nos retiramos prácticamente después de cenar. Sae conectó la alarma y de ahí se fue a su habitación y yo a la mía. Estuve leyendo un rato, hasta las doce aproximadamente, y después me acosté. No sé a qué hora que conseguí dormirme -continuó ella-, me pareciero que solo fue unos minutos, cuando me desperté de golpe al sentir que me asfixiaba. El hombre me tapaba la boca y nariz con la mano. Me ordenó que estuviese quieta y callada, pero yo casi no podía respirar. Entonces él me puso la pistola en el cuello. Me preguntó cuántas personas quedaban en la casa. Yo... -hizo otra pequeña pausa y Peeta vio que enrojecía ligeramente-...yo le dije que estaba sola y que la policía llegaría en seguida. Pero él se rió y me golpeó. Sabía que estaba Sae y que la policía no iba a llegar porque había desconectado la alarma -volvió a callar durante unos segundos-. Pensé que tanto Sae y como yo corríamos grabe peligro, pero entonces llegaste tú y supe que estaba a salvo.- Katniss lo miró intensamente.
-¿Cómo lograste que se marcharan Kat?
-Solamente me limité a apuntarles con el arma. Cuando salieron cerré la puerta.

Mi GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora