CAPITULO 4: AL FILO DE LA VIDA

557 64 130
                                    

Levi se acercó al teléfono con bastante temor, pues un mal presentimiento lo puso tenso al mismo tiempo que no le dejaba contestar a la llamada. Se armó de valor y levantó el aparato para atender, con la mano temblorosa, acercó el teléfono a su oído y contestó.

- ¿diga?

- ¿señor Ackerman?

- Si, así es – respondió inseguro.

- Es sobre su esposa. – un escalofrió lo recorrió desde los pies a la cabeza

- ¡¿Qué sucede?! ¿Dónde está? – dijo alterado

- Por favor cálmese – trató de tranquilizarlo – si es posible siéntese

- ¡dígame de una vez por todas donde esta Mikasa!

- Sufrió un accidente y está muy grave en el hospital ...

Levi sintió que el piso donde estaba comenzaba a hundirse, dio tres pequeños pasos hacia atrás al mismo tiempo que soltaba el teléfono, e inmediatamente salió disparado en dirección al hospital donde habían trasladado a Mikasa.

Aquella persona le había dado toda la información, aunque no fue preciso y solo le dio la dirección del lugar en donde estaba su esposa. Levi entonces condujo a toda velocidad con un tremendo dolor de cabeza y sus emociones a flor de piel. Pero, sobre todo, el miedo lo invadió por completo, al grado de hacerlo sudar y tomar el volante con las manos temblorosas.

Iba rebasando los límites de velocidad, pasándose las luces rojas de los altos, por suerte al ser tarde, no había tráfico y el riesgo de tener un percance era menor. Ni bien llegó al hospital, se bajó del vehículo sin siquiera estacionarse ni ponerle seguros, corrió a toda prisa hasta la entrada buscando el área de urgencias; mientras lo hacía, su pecho subía y bajaba por la respiración tan agitada que tenía.

Se sintió un idiota al no poder encontrar el área que estaba buscando, así que con desesperación fue directo a recepción. Cuando llegó, se recargo bruscamente para peguntar acerca de su esposa.

- ¡oiga! – le habló a la enfermera de turno con la respiración agitada. – estoy buscando a mi esposa. – ella dio un gran brinco de sorpresa.

- Está bien señor, pero por favor cálmese, dígame, como se llama su esposa – le pidió

- Mikasa ... Mikasa Ackerman ... - decía con voz entrecortada. – me dijeron que tuvo un accidente y que la trasladaron a urgencias.

- Ya veo. – decía la enfermera mientras veía en la bitácora de los pacientes que habían ingresado ese día – sí, aquí está, de hecho, nos urgía su presencia. – de repente cambió su semblante a uno de preocupación y se levantó de su silla. – llevamos horas hablando por teléfono.

- ¡Dígame en donde está! necesito verla – el hombre se exaltó.

- Tranquilícese. – ella también estaba por perder la paciencia. – ella ahora está en el área de cuidados intensivos.

Al escuchar cuidados intensivos, el corazón del pelinegro comenzó a latir tan rápido que pensó que le daría un infarto en ese instante, se tomó la cabeza y pensó en que había ocurrido para que Mikasa terminara así.

- ¿tan mal esta? – su voz se estaba quebrando.

- Por desgracia si, ahora llamo al doctor para que hable con usted y le explique la situación.

Levi estaba desesperado por ver a Mikasa, necesitaba con urgencia saber lo que había pasado y sobretodo saber cómo estaba. Mientras esperaba al doctor, el no paraba de dar vueltas caminando y tomándose el pelo debido al agobio.

HAZME SENTIR QUE ESTAS AQUÍ [RIVAMIKA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora