HAZME SENTIR QUE ESTAS AQUÍ [RIVAMIKA]

CAPITULO 1: SENTIRTE LEJOS

Como todas las mañanas, Mikasa despertaba temprano a lado de su amado esposo, quien yacía todavía acostado boca abajo y aun en un sueño profundo. Ella no podía evitar quedarse a contemplarlo, ver sus bellas facciones la hacían sonreír y querer abrazarlo para llenarlo de besos. Lo quería como a nadie en el mundo, después de todo, él era lo único que tenía en la vida.

Sin que se diera cuenta, ya se encontraba encima de él abrazándolo con fuerza e invadiendo su rostro adormilado con tiernos besos, lo cual hizo que Levi se despertara bruscamente.

- Mmm - se quejó - ¿Qué sucede?, ya basta, dejame dormir - le decía mientras cambiaba de posición para que ella no lo siguiera molestando.

- Jaja - rió con suavidad - no seas un gruñón, lo hago por que no puedo evitarlo.

- Aun así, siempre lo haces y terminas por quitarme el sueño - respondió casi irritado.

- Ya es de mañana, deberías prepararte para que no se te haga tarde - Mikasa se reincorporo para cambiarse de ropa y preparar el desayuno.

- Ahh - Levi bostezó - dormiré un poco más, aún es temprano. - al terminar de decir eso volvió a caer en la cama para intentar dormir otro poco.

Mikasa por su parte, salió de la habitación y se dirigió a la cocina para hacer el almuerzo, debía estar listo antes de que Levi se fuera, no podía dejar que su esposo se marchara con el estómago vacío.

Todos los días eran iguales, Mikasa era ama de casa, hacia todo lo que podía y daba su mayor esfuerzo para ser la mujer ideal que Levi se merecía. Lo había conocido hace mucho, ella estudiaba diseño de moda y mientras iba a la universidad, se topó con quien sería su pareja de vida.

Fue casi amor a primera vista, ella lo quiso desde el primer día, su historia no había sido nada romántica, por el contrario, se encontraron en una situación muy vergonzosa para la azabache.

Levi se levantó de mala gana, debía ir a trabajar y eso lo ponía más irritable. De mala manera, tomó un baño y se cambió, se dio cuenta que era tarde, así que casi corriendo agarró sus cosas para salir de su casa, si se demoraba estaría en problemas, y lo que menos quería era un sermón por parte de Erwin.

- Debo irme - le dijo a Mikasa quien ya había puesto la mesa

- ¿ah?, ¿pero y el desayuno? - mencionó confundida

- Discúlpame, esta vez necesito llegar más temprano.

- Debiste habérmelo dicho antes, y así me hubiera dado prisa.

- Lo siento, lo olvidé.

- Pero tienes que comer algo, no puedes irte así.

- Descuida tomaré algo en el camino.

- Almenos llévate la fruta ¿sí? - Mikasa metió en un contenedor la fruta que había picado.

- Ah - se quejó ligeramente - no es necesario - comentó con desgano.

- ¡Lo es! - metió en su maletín el recipiente.

- Bueno, adiós, te veo más tarde.

- Espera - lo detuvo

- ¿y ahora que sucede? - volteo de mala gana.

- ¿no vas a darme un beso de despedida? - le dijo con un rostro lleno de ternura, eso hizo que Levi girara los ojos y se acercara con brusquedad, dándole un beso forzado.

- Bien, ¿estas contenta?

- Si - comentó Mikasa con una sonrisa que se veía falsa, pero Levi lo paso por alto y se marchó.