CAPITULO 8: DOLOR

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Levi se encontraba en el pasillo del hospital esperando por la respuesta del doctor que llevaba el caso de su mujer... estaba demasiado inquieto y nervioso, su corazón no paraba de latir rápido; sin duda era el momento más angustiante de su vida.

- Señor Ackerman – el doctor se dirigió a el lentamente y eso solo lo hizo estremecer – lo lamento

- ... - no respondió, de hecho, no quería hacerlo, ya que no quería creer lo que el doctor le decía, a pesar de no haber hablado claro, con solo decirle eso, a Levi se le partió el corazón en mil pedazos

- Su esposa acaba de fallecer

Una daga atravesó su pecho, haciéndolo experimentar el sufrimiento más agobiante que alguna vez sintió. Esas palabras tan frías que el médico le pronuncio lo terminaron de hacer trizas, y el simplemente no quería aceptar el resultado de lo acontecido; a decir verdad, las consecuencias de su descuido para con su mujer.

- Eso no puede ser – casi cae al suelo por lo que solo pudo apoyarse de la pared de espaldas, su mundo se vino abajo – no es cierto – se dirigió al doctor

- Su cuerpo no pudo aguantar las lesiones por más tiempo

- .... Mikasa... Mikasa ... MIKASA – se repetía completamente roto

- ¡MIKASA! – el hombre gritó el nombre de su esposa, había sido una pesadilla... se despertó en la cocina de su casa.

Miró todo a su alrededor y vio el desastre que había, eso lo hizo recordar el evento ocurrido la noche anterior, el cómo se había peleado con ella; el terrible enfrentamiento dejo a los dos muy lastimados, en especial a la joven, porque él no se había controlado desquitando toda su frustración sobre el frágil cuerpo de su esposa.

Lo último que recordó, fue que, sintió un fuerte dolor en la cabeza y después de eso solo pudo ver obscuridad. Comenzó a buscarla por toda la casa, pero no había rastro de ella por ninguna parte, eso lo hizo preocuparse de sobremanera, ya que, al percatarse, se dio cuenta de que todo en su habitación había sido puesto de cabeza y al observarlo mejor, no encontró por ninguna parte su billetera en la que también traía sus tarjetas y todo su efectivo.

- No puede ser... escapó .... ¡Maldición!

El hombre salió de la casa y corrió por las calles de la ciudad, buscando algún rastro de ella, no podía creer que se había marchado robándole y llevándose el cuerpo de Mikasa, eso era lo que más le aterraba; corría y corría desesperadamente, buscándola por todas direcciones sin tener éxito, incluso comenzó a preguntar por ella a quien se le atravesara en su camino, lo cual hizo que se viera como un completo lunático.

- ¿Dónde carajos se metió? – decía mientras veía de un lado a otro - ¿qué debería hacer?

Las horas pasaron y Levi no dejó de correr hasta que el cansancio lo venció, por lo que se detuvo para tomar un respiro. Seguiría buscando hasta encontrarla, o tal vez no lo haría, ya que, ella era demasiado necia y muy orgullosa, eso era malo, porque era probable no volver a verla nunca más.

Ese pensamiento terminó por bloquearlo, ya no sabía por dónde más buscar, si no lo hacía, definitivamente se volvería loco, aun así, no se daría por vencido. Pasaron varias horas y entre la gente de la ciudad, buscaba algún rostro familiar. Se olvidó de todo, del trabajo y sus deberes, ni siquiera se dio cuenta de lo terrible que se veía debido a que la noche anterior había bebido demasiado, por lo que le dolía la cabeza.

El día transcurrió y se convirtió en tarde y la tarde en noche, así que sin más opciones donde seguir yendo, tuvo que regresar a su casa, ni siquiera sabía qué hacer, estaba tan mal física y mentalmente que su andar era torpe, además tenía hambre y sed, pero no podía comprar nada ya que no llevaba dinero, todo se lo había llevado esa mujer.

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