¿Alemania x Perú? (parte 1)

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- E-Espera, por favor -decía  el peruano con lágrimas queriendo salir.

- Lo siento pero ya no podemos estar juntos -dijo fríamente el alemán, quien estaba con maleta en mano a punto de salir de aquella casa.

- ¿P-Por qué? -cuestionó el menor.

No lo entendía, simplemente no lo entendía. ¿Cómo es que aquel country que lo conquistó hace años, ahora se iba como si nada de su lado? ¿Qué pasó con el amor que se habían jurado mutuamente? ¿Tan poco significa ahora? Él dejó muchas cosas por Alemania, porque lo amaba y porque creía en su amor, pero ahora veía que ese sentimiento no era mutuo. Las cartas... los regalos... los momentos juntos... todo eso llegaba a su mente y los veía romperse uno a uno como si de cristal se tratase.

- Yo... ya no te amo -respondió incómodo el mayor.

- Pero... podemos arreglarlo -dijo el peruano, aguantando sus ganas de llorar.

- No, no se puede -sentenció, yendo hacia la puerta.

- ¡P-Podemos intentarlo! -lo siguió- Solo... hablemos, ¿si?

- No insistas... -sacó su celular para ver en qué momento se dignaba a llegar el vehículo que pidió.

- ¿Qué pasó?... ¿Acaso tus promesas solo eran palabras al aire? -susurró para sí mismo Perú, pero siendo escuchado por el contrario- Tus bonitas palabras... ¿solo eran mentiras pintadas?

- Nunca te amé -dijo el alemán y suspiró- Yo... solo te usé para acercarme a Chile.

El menor quedó estático en su sitio, quedando unos segundos en silencio. En ese momento ya no sabía qué le dolía más: la cruda verdad o la frialdad con la que lo decía. Se escuchó la llegada de un carro y el alemán abrió la puerta para irse de ahí.

- ¡No! P-Por favor -el peruano lo sostuvo de manga- ¡N-No t-te vayas! Por f-favor -su voz se entrecortaba más.

- ¡Maldición Perú! Dejé embarazado a Chile -habló alto Alemania.

- ¿Q-Qué?...

- No me hagas repetirlo... Suéltame

El menor fue perdiendo su fuerza en el agarre, siendo aprovechado por el mayor para finalmente alejarse de él, cerrar la puerta e irse al vehículo.

- L-Lo siento... -dijo el bicolor, quien estaba arrodillado en el suelo, desbordando lágrimas- Lo siento... -se repetía una y otra vez- No pude detenerlo...

Tardó bastante en tranquilizarse, pero logró hacerlo. Con los ojos hinchados de tanto llorar y los ánimos por los suelos, se dirigió hacia su sala. Lentamente se fue a sentar en el sofá y con la vista perdida, miró hacia la ventana. Vaya, ahora no le parecía tan buena idea vivir cerca de un parque. Podía ver a lo lejos a familias felices, parejas tomadas de la mano, amigos riendo... Quiso volver a llorar, pero solo reguló su respiración para no hacerlo. Apartó la vista y miró hacia sus piernas, inconscientemente sonrió con tristeza. Estaba más que seguro que le vendrían dificultades por delante, pero no podía quedarse así por siempre, tendría que ser fuerte...

- Lo siento... no pude detener a tu padre -dijo mientras acariciaba su vientre aún plano- Oh amor, nadie va a hacerte daño, voy a darte todo mi amor, nadie me importa como tú -se levantó y se fue hacia su cuarto. Se acostó con cuidado de lado e imaginó las cosas que le vendrían de aquí en adelante, pero todos sus problemas se fueron al pensar en su bebé- Tu vida no será como la mía... -sonrió enternecidamente- Vas a crecer y tener una buena vida -siguió acariciando suavemente su vientre- Voy a hacer lo que tenga que hacer...

Antes de cerrar sus ojos, se juró a sí mismo que se recompondría, por él y por su futura wawa. El llanto lo había dejado más que agotado, como consecuencia, se fue durmiendo rápidamente, soñando con su nueva vida junto a su pequeño...

Todos x Perú (historias cortas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora