Egipto x Perú (parte 1)

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Pov. Narrador

Cierto countryhuman se encontraba viendo el cielo nocturno desde su balcón. Había perdido la noción del tiempo, pero ha de ser muy tarde, ya que solo unas cuantas luces están encendidas en la ciudad. La oscuridad reinaba en las desoladas calles, siendo las estrellas su mayor iluminación.

Esa noche se podía describir como una tranquila. Excepto para ese country. Él solo se limitaba a ver el pavimento, pensativo en todo momento. Suelta un suspiro, tratando de liberar su pesar, aunque no funcionó mucho. Ante el silencio, decidió hablar.

- أوه ، حتحور ، هل تشفق علي يومًا ما؟
/ Oh, Hathor*, ¿algún día me compadecerás? -soltó a la nada-
أنت تعرف؟ يؤلمني قليلاً أن أرى كيف يقع أصدقائي في الحب. أنا سعيد من أجلهم ، لكن الشعور بالوحدة يستهلكني تدريجياً. أحيانًا أتساءل عما إذا كان بإمكاني العثور على هذا الشخص المميز ...

/¿Sabes? Me duele un poco ver cómo mis amigos se van enamorando. Estoy feliz por ellos, pero la sensación de soledad me va consumiendo poco a poco. A veces me pregunto si podré encontrar a ese alguien especial...

Finalizó su lamento con un suspiro y se fue a dormir. Sin embargo, sus palabras no fueron simplemente a la nada. Mut* le había escuchado. Sorprendida y comprensible, dicidió ser mensajera de aquel pesar. Fue donde solo las deidades saben y buscó a Hathor. Al encontrarla, le contó lo que había escuchado. Ella le respondió sonriente y se dirigió a la casa del country. Mientras él dormía, la diosa llevó una de sus manos a la cabeza del dormido...

Para cuando despiertes, todo será diferente. El mundo es más grande de lo que imaginas... Tal vez te sientas perdido, pero tu destinado estará ahí para darte una mano... Solo si ambos corazones entrelazan, verás la forma de regresar.

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El sol hacía presencia en el cielo. Sus rayos ingresaban por la ventana de aquel cuarto. El egipcio se estaba despertando lentamente. Estiró su cuerpo y parpadeó unas cuantas veces antes de despertarse por completo. Cuando quiso levantarse, su cuerpo le jugó una mala pasaba que se fue de cara al suelo. Defitinivamente, ya estaba despierto.

Vaya forma de iniciar el día... Aunque, ahora que estaba en el piso, mirando hacia arriba. No recordaba que su casa fuera tan grande... La altura de su cama también parecía mayor. Tal vez el golpe de cabeza fue peor del que pensó. Llevó una de sus manos a la cien, pero con lo se topó no era una mano...

Era una pata...

¡¡Una patita peluda!!

Vio su otra mano y también era una pata; igual, sus piernas. Su pecho era puro pelaje. Como pudo, fue a verse en el espejo que tenía en su cuarto. Este era uno grande, ya que al egipcio le gustaba verse cuerpo completo, para asegurarse que estaba todo presentable. Gracias a ello, ahora podía verse en su nueva forma. Su sospecha era acertada. Patas, cola, orejas en punta y lleno de pelaje... ¡Era un gato!

¿Cómo pasó? ¿En qué momento? Solo recordaba haberse dormido y ¡bom! Ahora era... ¿un contrycat? Ok, ¿solo le ha pasado a él o a más countrys? No lo sabía, pero tenía que averiguarlo de alguna manera.

Primero, debía salir del cuarto. Al dar un paso, volvió a caerse. Al parecer, moverse era más complicado de lo que parecía. Decidió guardar la calma y se levantó nuevamente. Cambio de planes, primero aprendería a usar su cuerpo.

Luego de muchos intentos, algunos fallidos con caídas de caras, logró caminar como se debía. También podía correr, pero saltar se le hacía difícil. Además, se percató que su sentido de la audisión era más sensible. Sus orejas paraban atentas a cualquier sonido; había aprendido a no aturdirse tanto ante la bulla.

La puerta de su cuarto estaba cerrada, así que no podía salir por ahí. Fue a la alcoba y vio si había forma de bajarse por ahí. Tal vez podía probar la teoría de que los gatos siempre caen de pie... NO, mejor para otro momento. Tampoco era tan suicida...

Bingo. Las lianas que colgaban del techo llegaban hasta el suelo. Tomó impulso y saltó hacia él. Sus garras salieron y pudo sostenerse de la planta. Despacio y con mucho cuidado bajó. Pasando por su jardín, se dio cuenta que su sentido del olfato también había cambiado.

Un momento. Era de día. Estaba en su jardín... ¿Qué horan era?

Muy tarde, para cuando pensó en la hora, el sistema automático de riego se activó. En circunstancias normales, no pasaría gran cosa. Pero ahora no. Era un gato. Apenas inició el riego y una pequeña gota tocó su pelaje, salió disparado a fuera de su hogar.

Luego de calmarse, siguió su camino... ¿Dónde estaba?

Por salir apurado, no se fijó a dónde había ido. Al menos conocía las calles como la palma de su mano, así que no tardó mucho en ubicarse. Caminó por un rato hasta que se le ocurrió interactuar con un humano. Vio a un repartidor, tal vez podría comunicarse. Se le acercó para intentarlo.

- مهلا؟
/¿Eh? -el muchacho volteó al escuchar un maullido-
مرحبا صديقي الصغير
/Hola amiguito -se agachó para acariciar su cabeza-
حسنًا ، أنا فقط بحاجة إلى تسليم حزمتين أخريين وأنهي وردية عملي
/Bueno, solo me falta entregar dos paquetes más y termino mi turno -y se fue.

Primer intento...

FALLIDO

Tampoco lo logró en el segundo intento... ni en el tercero... ni en el cuarto... menos el quinto...

Ya era de noche y no había conseguido nada. Sin contar con que tenía hambre y mucho sueño. Caminó sin rumbo y sin saber qué más hacer, hasta que...

Guau

Oh. Un perro.

Guau. Guau. Guau.

Ah, no. No era uno solo. Era una jauría. Su cuerpo se erizó al ver que se acercaban.

Tal vez eran amigables y solo querían jugar con el minino. Pero no estaba dispuesto a averiguarlo. No esperó a que se acerquen por completo para irse rápido. Sin embargo, no contó con que lo siguieran. Corrían tan rápido como él, más porque estaba cansado. A este ritmo, lo iban a alcanzar tarde o temprano. Vio una ventana abierta, en lo que parecía ser el segundo piso de un hotel, y unas cajas acopladas incitándolo a que suba y entre por ahí. Con su situación, no lo pensó dos veces y subió ágilmente.

Ok... Ahora estaba cansado, sueño y hambre, mucha hambre.

- ¿Un gato? -se escuchó una voz suave- Por inti, ¿qué te pasó?

El de cabellera rojiza se acercó al pobre animal que había entrado por la ventana de su habitación. Parecía manso, así que con cuidado lo tomó y lo colocó en la cama. Por su parte, el minino se sintió cómodo en los brazos ajenos. Su instinto le decía que estaba seguro. Dentro suyo sentía un calor acogedor que no sabía describir...



*Hathor es una popular diosa egipcia del amor, la danza, las artes musicales y la alegría. Es hija del dios Ra.

*Mut es la diosa egipcia del cielo, la esposa de Amón. Era venerada en Tebas donde era representada con una corona.

Todos x Perú (historias cortas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora