Canadá x Perú (parte 2)

992 104 17
                                    

Pov. Canadá

- "So cute ... / Tan lindo ..." -pensé al ver a Perú tan rojo como si fuera un tomate.

Lamentablemente había sonado la primera campana, señal de ya dirigirse a sus aulas. Peor aún, el aula que me tocaba a esta hora quedaba lejos de aquí. Suspiré y volví a ver al hermoso bicolor frente mío. Al parecer sigue sorprendido, cosa que me enterneció más.

- Nos vemos luego -me despedí, no sin antes acariciarle los cabellos.

Salí del salón a paso lento. En mi mente, solo está la imagen de Perú tomate. Reí ligeramente. Él seguía siendo aquel niño del que me había enamorado perdidamente. Nunca se lo dije porque pensé que no era correspondido pero luego de leer la carta ...

No puedo describir la felicidad que siento.

Aún recuerdo el día en que lo conocí. ¿Cómo olvidarlo? Ese día cambió completamente mi vida.

Yo soy el segundo hijo de una familia adinerada muy conocida. Cualquiera pensaría que mi vida está técnicamente arreglada y estaba destinado a ser feliz llenos de lujos. Pero no es así.

Si bien nunca me ha faltado nada material, no puedo decir lo mismo en el aspecto sentimental. Cuando era un infante, mis padres casi no me prestaban atención. La compañía de mi familia pasaba por un grave problema que, para mis cortos años de edad, yo no entendía. Tanto mi papá como mi mamá se la pasaban trabajando y mi hermano me ignoraba completamente.

En pocas palabras, no sentía amor por parte de mi familia. Mi único consuelo era estar con amigos, pero a ellos jamás les conté cómo me sentía ni las cosas que pasaban en mi casa. Así que estuve reteniendo mi dolor o al menos eso intenté...

Pasaron unos meses de esa forma, hasta que ya no podía soportarlo más. Mi mente estaba hecha un lío, por lo que fui detrás de la escuela para despejar mis pensamientos. Nadie iba ahí. Habían rumores de que estaba embrujado y cosas así, pero en ese momento no me importó, solo quería estar solo. 

Me senté en el césped y abracé mis piernas para ocultar mi rostro con mis rodillas y brazos. Una vez salió una lágrima, apareció otra y otra y otra, hasta llegar a mojar las mangas de mi casaca. Solo, sin compañía, sin consuelo, sin saber qué hacer...

- O-Oye, ¿estás bien? -entonces escuché una suave voz en frente mío.

No me había percatado en qué momento se acercó a mí, así que me sobresalté, aún manteniendo mi postura, y mi llanto se detuvo. Sentí que esa persona se inclinó para estar a la altura de mi cabeza. Levanté mi rostro finalmente, topádonme con aquellos ojos dorados tan brillantes como el sol. Me perdí en ellos por unos segundos.

- ¿Q-Qué tienes? -preguntó preocupado, casi como susurrando- ¿Te duele algo? -se notaba que no sabía qué hacer

- Sí... -respondí lento con voz llorosa- M-Me duele aquí... -llevé mi mano al pecho, en donde se sitúa el corazón- D-Duele-e muc-cho

Quise llorar nuevamente pero unos brazos me envolvieron con gentileza. Al principio, dudé pero, al final, correspondí ese abrazo con fuerza, sin llegar a lastimarlo. No me dijo palabra alguna, solo se quedó ahí abrazándome hasta que mis lágrimas dejaran de brotar.

No recuerdo cuánto tiempo pasó, pero tuvieron que ser horas ya que luego vino nuestra profesora preocupada. Al parecer, nos buscaron como locos cuando se dieron cuenta de nuestra ausencia.

- Niños, ¿qué hacían ahí? -nos preguntó la mayor.

Temblé ligeramente. No quería responder. Si lo hacía, se lo diría a mis padres y tal vez me castigarían.

Todos x Perú (historias cortas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora