Canadá x Perú (parte 3)

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Pov. Omniciente

- "Oh nononononono" -pensaba en su sitio el peruano con la cabeza gacha- "Esto es malo... Esto es MUY malo" -en su rostro se mostraba la angustia que llevaba.

Solo había una explicación para lo que acababa de pasar...

México olvidó colocar firma a la carta.

No sabía si era buena o mala suerte, pero justo ese día el mexicano no había aparecido.

Llevó sus manos a sus labios, recordando la calidez que le trasmitió su amigo de la infancia cuando lo besó. Se sonrojó y ocultó su cabeza entre sus brazos. No solo estaba muriendo de vergüenza, sino también se sentía mal consigo mismo porque...

A él también le gustó el beso

Nono, eso no podía pasar. Sería como traicionar a su amigo... La angustia se apoderaba de él pero no podía reflejarla, solo retenerla, ya que estaba en clases. Debía pensar bien en lo que haría en continuación.

1. Tendría que explicarle a México.

2. Tendría que explicarle a Canadá.

3. ...

¿Y luego qué? ¿Qué pasará cuando todo se aclare?

Si Canadá se le declaró, significa que no ama a México. ¿Eso arruinaría su amistad?

- Profesor, ¿me da permiso para ir a los servicios? -preguntó Perú.

- Que sea rápido, joven -respondió el maestro para seguir explicando la clase.

El bicolor se paró y se retiró rápidamente. Mordió, ligeramente, su labio inferior hasta llegar al baño. Se encerró en uno de los espacios. Llevó sus manos a la cabeza; era un lío de emociones y no podía evitar pensar negativamente.

No quería perder a sus únicas dos grandes amistades.

Verificó que nadie estuviese cerca y sacó su celular. Marcó a México y él contestó a la tercera timbrada.

- México, ¿dónde estás? -trató de sonar calmado.

- Buenos días, también me da gusto saber de ti -se escuchó la voz del mexicano un poco débil.

- L-Lo siento -tartamudeó con una ligera sonrisa, hablar con él era algo reconfortante- ¿Estás bien? -preguntó preocupado.

- mmm Bueno, me morí...

- ¿Qué? -dijo confundido.

- ¡Pero reviví! -exclamó como pudo.

- ...

- ...

- ¿Te enfermaste?

- Sí... -se le escuchó tocer- Ay... me duele mi garganta -se quejó con tristeza.

- Oh, yo... -se acordó para qué lo había llamado pero antes de decirlo lo pensó mejor- solo llamé para saber cómo estabas... -era mejor no preocuparlo por ahora- ya sabes, es raro que no vengas.

- Awwww te preocupaste por mí.

- Cállate -rió- descansa y recupérate.

- Sisi, adiós.

Ambos colgaron al mismo tiempo.

- Estoy jodido... -susurró para sí mismo el peruano. Lo único bueno es que, gracias a esa conversación, se sentía un poco mejor. Sin embargo, aún no podía estar tan calmado. Sabe que tarde o temprano va a tener que aclarar todo. Con un pesado suspiro, regresó a su salón.

Todos x Perú (historias cortas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora