Chapter three - Problemas

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Cinco palabras: odio al club de audiovisuales

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Cinco palabras: odio al club de audiovisuales.

Bueno, no tanto así. Pero de verdad que si alguien quería ganarse un golpe de mi parte esta semana, pensé que la primera persona sería Jiwoo y no ocho chicos y chicas que al parecer, no tienen vida social.

¿Qué había pasado?

La maldita foto que hizo que todo el colegio pensara que Jaehyun y yo estábamos saliendo.

Verán. Hace ya dos semanas un chico cualquiera de primer año le contó a su amigo que vio una foto donde Jeon Heejin, la presidenta de su clase, y Jaehyun, el chico popular y guapo con la que todas querían salir, estaban agarraditos de las manos como una parejita feliz. Si, así lo dijo.

Ese amigo se lo contó a otro amigo que tenía un amigo en mi año y ese amigo se lo dijo a todo el salón, haciendo que, por alguna razón que todavía no entiendo, cada estudiante e incluso algunos profesores, se enteraran.

Caso que cuando intenté hablar las cosas con él, ese mismo día, los que estaban cerca empezaron a llenarnos de preguntas. A pesar de mis intentos por aclarar el asunto, todo se quedo igual, incluso ahora, después de dos semanas donde no había tenido ni el más mínimo contacto con Jaehyun, algunos estudiantes seguían con la misma insistencia de: la pareja perfecta del instituto.

No voy a mentirles. Esa foto es real. Pero todo tiene una explicación. Y esta no es la excepción.

Resulta que Jaehyun si tenía sentimientos por mí, hace tres semanas me lo confesó bajo un árbol de cerezo en un parque. 

Si, muy romántico todo, sin contar los gritos de los niños, el olor a fruta podrida, el frío que atacaba justo ese día y el hecho de que no se molestó en cepillarse antes de salir.

Lo rechacé. Obviamente. No estaba, ni está en mis planes tener una pareja. Sé que no puedo evitar enamorarme de alguien, en algún punto de mi vida voy sentir esas mariposas en el estómago, pero por ahora, prefería ahorrarme todo ese enrollo y seguir con mis estudios.

Pero tal parece, que justo en el momento donde estaba diciendo todo lo que sentía, cuando pensó que sería aún más romántico tomar mis manos con las suyas sudorosas, alguien nos tomó una foto. Seguramente mi cara no se veía, porqué si lo hiciera, ya hubieran visto mi tremenda cara de disgusto y no habrían dicho nada en principio.

Ahora sí, lo que pasó con el club de audiovisuales.

Resulta que, para mi suerte, uno de esos ocho idiotas, mantenía esa foto en su teléfono, más bien, fue quien la tomó. Y tal parece, que por casualidades de la vida, la guardo en la carpeta de presentación para su trabajo en grupo.

Caso que, esa presentación llegó a parar en mi salón. Haciendo que automáticamente, toda la escuela la tuviera en sus manos.

¿Qué pasó después de eso?

No digas nada - HeeHyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora