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Creo que acabo de tocar la cosa más suave y esponjosa que existe en este mundo.
¿Quién diría que Son Hyejoo, la emo que da tanto miedo tendría las mejillas más suaves que he tocado en mi vida?
Sabía que no tendría otra oportunidad como esa en la vida. Suena muy mal pero es cierto que aproveché un poco de su estado para hacerlo.
Mientras estábamos de camino a la fiesta. Puse todas mis neuronas capacitadas para entender el asunto.
Hace unos días no creía que Jaehyun y Hyejoo tuviera algún tipo de conexión. Los dos estaban en los extremos más alejados de la vida y saber que no solo se conocían si no que él la molestaba de esa manera, era algo casi imposible de creer.
Y era obvio, ¿no?, nadie podría mirar con desconfianza a Jaehyun. Ni siquiera yo antes de este día sospecharía que estaba intimidando a alguien. Hyejoo no quería decirlo y dudo que me lo yo llegué a contar, pero estoy segura de que ya había pasado muchísimas veces más.
Lo malo: no puedo decírselo a nadie. Si quiero ganarme la confianza de Hyejoo por completo entonces no puedo decírselo a ningún profesor. Pidió mi silencio de muchas maneras pero la frase que más se repetía era:
"Voy a salir mucho más perjudicada que él, créeme"
¿Por qué la víctima tendría la culpa en esta situación?
Estaba decidida a que confiará en mi como fuera. Acercarme más a su persona, no a la chica que se mostraba en el exterior.
[...]
Creo que me estoy arrepintiendo un poquito de ofrecerme para cantar.
Pero solo un poquito.
Eran niños, pero cuando hablo de niños es que literalmente son fetos.
Bueno, tampoco así pero si todos eran muy chiquitos.
Era una casa con un porte muy elegante, claro, por debajo de los globos y las decoraciones de...¿Red velvet?
― No es muy usual ver una fiesta con decoración de una banda de kpop pero asi lo quiso Jihan y mis padres no saben como decirle que no
Estábamos paradas en el porche viendo a los niños jugar. Algunos muy tranquilos solamente tirando pelotas al aire riendo, y otros, intentando matarse entre sí con palos. Muy normal.
Después de tocar el timbre esperamos un rato hasta que una señora un poco más alta que Hyejoo y bastante parecida a ella, imaginó su mamá, abrió la puerta.
― ¡Son Hyejoo! ¿donde estuviste? Jihan está sentada esperando por ti hace media hora, no ha jugado con otros niños porque dice que está esperando la sorpresa especial de su hermana.
Pude ver la culpa y la tristeza en sus ojos, además que su mamá la estaba regañando frente a mí con un tono para nada comprensivo. No existía situación más incómoda que esa.
