Capítulo 11

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- Buenos días Billie, ¿cómo estás? Pensé que mamá estaba desayunando contigo... - se escuchó la voz de Nathalia que hacía su entrada al comedor de la casa O’Connell. Se acercó a saludarla con un beso en la mejilla.

- Hola Nathi, estoy muy bien... mamá se fue a su clase de tenis. ¿Tú qué tal estás? - respondió la mayor con una sonrisa.

- Evidentemente no tan bien como tú, pero me alegra verte de esta manera- tomó su lugar en la mesa y se sirvió una taza de té y unas tostadas -¿Cuándo piensas contarme lo que está pasando contigo? - Billie sonrió de manera dulce.

- ¿A qué te refieres?- dejó de mirar a su hermana y puso atención en la pantalla de su móvil que presentaba la hermosa fotografía que había colocado ___ como perfil de su aplicación de mensajería. Una sonrisa enorme se dibujó en su rostro ante tanta belleza y coquetería que derramaba la pelinegra.

- Me refiero a que ayer de repente cambiaste toda tu agenda cancelando tus compromisos, luego llegaste a casa con cara de que habías descubierto como transformar las piedras en oro o algo así y ni siquiera pudimos hablar del caso del holding. Y hoy estás con la cara más radiante que de costumbre, como hace tiempo no te veía... - fijó su mirada en la rubia

- Sé que no te puedo mentir Nathi, pero no pienso entrar en detalles. Estoy feliz y siento que todo mejorará después de esta noche- le guiñó un ojo en señal de complicidad.

- Eso me suena a cita, ¿Dónde llevaras a la afortunada?- esas palabras hicieron que la mayor se diera cuenta de que había invitado a ___ a cenar y le prometió sorprenderla sin siquiera tener una reserva en un buen restaurante. No pudo evitar su cara de susto cosa que su hermana interpretó muy bien.

- Te sugiero llevarla al Alain Ducasse, seguro le encantara ese restaurante.  Pueden cenar delicioso en un ambiente íntimo en el salón lumiere y compartir una magnífica charla con buena cava- comentó Nathalia. 

-Pensaba llevarla al George's, pero tienes razón es mejor ese restaurante.  La señorita ___ merece lo mejor de lo mejor, hablaré con mi secretaria para que realice una reserva en el salón privado y que lo llenen de rosas rojas. 

-Esto es serio por lo que veo - le sonrió con emoción - me encanta esto, háblame de la ropa que usaras...

- No lo sé, aún no he pensado en eso. Cuando regrese de la oficina veré que ponerme, tengo hasta las 20hras porque acordamos que la recogería a las 21hras en The Lanesborough - respondió con tranquilidad.

- Interesante que es huésped de nuestro hotel...

- Ha sido pura coincidencia, de hecho, no sabe que es nuestro hotel porque no le he comentado nada al respecto- pausó al ver el rostro de reproche de su hermana -...No me veas así, no le estoy ocultando nada solo que no me parece bien andar pregonando lo grande que es la fortuna O’Connell.

- En eso llevas razón, pero siempre es bueno ser honestos con todo porque luego surgen malentendidos innecesarios- aconsejó la menor

- Esta noche buscare la forma de contárselo, te lo prometo- respondió con una sonrisa leve.

-Volviendo al punto crucial de todo esto, como se nota que no tienes citas muy seguido- se carcajeo -Debes organizar todo para que estés de punta en blanco y la dejes suspirando por ti - tomó un sorbo de té -Tú déjame todo a mi que yo me encargo de los detalles de tu gran noche... Ve a la oficina - Sonrió con cariño y emocionada porque por primera vez veía esa luz tan particular en la mirada de su hermana.

- Eres la mejor Nathi- se puso de pie y le besó los cabellos en agradecimiento -Nos vemos en la oficina para ver los contratos con Cony sobre la fusión del holding.-

-- No me dirás quién es la chica misteriosa- dijo mirando como Billie se alejaba para salir rumbo al trabajo.

– Es la chica del café… - gritó la rubia antes de cerrar la puerta del amplio comedor.

Una vez concluido el desayuno Nathalia se puso en contacto con Kels para coordinar con ella la reserva del restaurante y todos los detalles que necesitarían para aquella noche tan especial para su hermana. Acordaron colocar rosas blancas en lugar de rojas en la zona privada del estabelecimiento, con luces semi blancas y en tonos pasteles para hacer del ambiente uno ligero y lleno de tranquilidad. También subió hasta el closet de Billie para seleccionar su atuendo, se decidió por un conjunto en color blanco hueso, procedió a dar indicaciones al ama de llaves de la casa O’Connell sobre cómo debía plancharlo para que su hermana lo pudiera utilizar en su cita. También dejó en su baño el set de maquillaje con los tonos y productos que la mayor debía combinar con el atuendo.
Cuando estuvo todo listo le escribió un mensaje de texto: "Todo está arreglado Billie, tu vestuario te estará esperando en tu cuarto y el salón del restaurante ya está reservado para la hora acordada con tu señorita misteriosa".

Tú, Yo & Nuestra historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora