Capítulo 20

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Habían transcurrido trece días desde que ___ vio a Billie por última vez y le dejara aquella nota donde se despedía de ella pidiéndole que no la buscara y que la recordara como una hermosa y fugaz aventura. Su excusa para la rubia fue que no eran compatibles por ser tan diferentes mientras que para sí misma se justifica argumentando que no estaba segura de sus sentimientos y que la distancia entre New York y Londres haría de una relación entre ellas algo insostenible en el tiempo. Era mejor cortarlo de raíz antes de involucrarse más y de que pudieran salir más lastimadas.

Como había sido su patrón desde que regresó de Londres, la diseñadora se sumió en su trabajo tanto en la boutique como en su taller. Esa mañana atendió a varias clientas importantes que tenían cita para crearles modelos exclusivos para ocasiones particulares y luego se dirigió a su estudio privado donde se encerró en busca de activar su proceso creativo que, sin duda alguna, se había visto afectado por su estado de ánimo de los últimos días. Le costaba siquiera esbozar un dibujo, combinar texturas y colores, concentrarse en los pequeños detalles. Estaba desenfocada, no sabía ni lo que quería ni como lo deseaba.

Solo la echaba de menos a ella, la rubia de ojos azules se negaba a abandonar su mente ni por un segundo. Cientos de veces tomó su móvil con intenciones de escribirle y saber cómo estaba, cómo había tomado aquella despedida tan singular, pero era consciente de que no debía y se obligaba a mantenerse firme en su decisión de alejarse y continuar con su vida tal como era antes de conocerla.

Después de un largo y agotador día de trabajo ___ disfrutaba en su departamento de un relajante baño de espumas acompañado de una copa de vino a la cual siguió otra y luego otra hasta terminar casi toda la botella. Nuevamente Billie y sus recuerdos aparecían a torturarla, a reclamar su falta de valor para enfrentar los sentimientos que retumbaban en su pecho. Como cada noche dejó libres las lagrimas que se acumulaban en sus ojos fruto de la tristeza y la confusión que la embargaban. Lloro por largo rato hasta que decidió vestirse y salir a la sala a esperar a su amiga Claudia a quien le pidió que fuera a su apartamento para cenar juntas, en el fondo no quería estar sola con sus pensamientos así que era mejor estar entretenida o acompañada la mayor parte del tiempo.

Ambas chicas compartieron algo de sushi mientras charlaban de cosas banales, sin embargo, Claudia la conocía muy bien como para saber que no pasaba por su mejor momento. Desde que la morena le contó todo lo sucedido en Londres su amiga supo que se arrepentiría de aquella decisión, por primera vez ___ estaba experimentando esa clase de sentimientos de los cuales siempre huyó…

-¿Cómo estás? ¿Cómo llevas todo esto? – preguntó Claudia mientras disfrutaba la textura del vino en su boca.

– Lo llevo Clau eso ya es ganancia, estoy segura de que hice lo correcto y pronto podré pasar página y continuar con mi vida como era antes – respondió la morena cerrando sus ojos y echando su cabeza hacia atrás recostándola en el sofá.

-¿Tú crees que fue lo correcto? ¿Es eso lo que realmente quieres, pasar página y hacer de cuenta que nunca pasó? ¿O simplemente quieres justificar que no tienes huevos para arriesgar todo por hacer lo verdaderamente correcto? – replicó con tono de reproche.

– No empieces cabrona que no estoy de humor para escuchar tus lecciones de vida ni todas esas mamadas- se defendió poniéndose de pie y alejándose un poco.

– No mames ___, la mayor parte de los seres humanos nos pasamos la vida esperando conocer el amor verdadero y pasar el resto de nuestra existencia viviendo en él. A ti te llega el amor en forma de una hermosa, sexy e intelectual chica que está dispuesta a jugarse todo por ti y tú sales huyendo, dejando una puta carta sin dar la cara, sin atreverte a decirle a los ojos que te enamoraste y que quieres pasar el resto de tu vida con ella.

-Es que no sé lo que quiero Clau, no sé si esto es amor o si quiero atar mi vida a ella.– se defendió.

– ___ no te engañes más, basta con que te pares frente al espejo y veas el brillo de tus ojos y como se ilumina tu rostro con solo escuchar su nombre – pausó y se acercó a ella -Escúchame, imagino que debe ser muy cabrón que de repente todo lo que creíste durante toda la vida se derrumbe porque te llega el amor sin avisar, pero no por eso puedes dejarlo pasar. No puedes dejar que el miedo gane, eres la persona más valiente que conozco y es momento de que lo demuestres.

-¿Y qué quieres que haga?– gritó ahogando sus ganas de volver a llorar.

- Que seas fiel a lo que estás sintiendo y que te lances sin miedo, si no funciona entonces te prometo que me empedo contigo y te ayudo a superar a primera ruptura de tu corazón – respondió Claudia con una leve sonrisa.
Se abrazaron y permanecieron así durante algunos minutos.

-¿Y qué pasa si ya no quiere nada conmigo?– preguntó con cierta inseguridad.

–Amiga el amor no funciona así, no aparece y desaparece a voluntad. Seguro tendrás que disculparte y pedir perdón, pero te conozco y sé que encontraras la manera de arreglar todo esto. Solo sé sincera con ella y contigo misma, si no funciona utiliza tus armas y de seducción.– le guiñó un ojo en señal de complicidad y ambas estallaron en una risa divertida que ayudaba a ___ a calmar el nerviosismo que hacía mella en ella.

-Tienes razón debo darle una oportunidad a esto que estoy sintiendo, luchar por ella. Le pediré una oportunidad por nuestro amor- sonrieron juntas.

-¡Así me gusta cabrona! Ya veras que si funciona. Salud por el amor entre ___ y Billie – dijo mientras chocaban sus copas en un brindis por los amores inesperados.


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Nota: perdón por tardar en actualizar y gracias por tanta paciencia.
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